jueves, 1 de mayo de 2008

Mensaje Primero Mayo 2008

Caminemos juntos en solidaridad con los inmigrantes
Datos
La inmigración para buscar trabajo y una vida mejor en el siglo 21 representa un desafío fundamental para la sociedad actual. Los pobres del mundo huyen de la hambruna, la opresión, la amenaza de muerte, la expulsión y la destrucción del medio ambiente. Los trabajadores migrantes acaban trabajando en condiciones indignas viéndose denegados los derechos básicos al trabajo. Son víctimas del tráfico de seres humanos y con frecuencia empujados a la prostitución y vuelven a sus hogares sin ningún tipo de protección legal. A pesar del homenaje que les rendimos en este señalado día (Día Internacional de los Trabajadores), persiste el hecho que la represión sigue siendo una realidad para muchos trabajadores. Las desigualdades salariales, las condiciones de salud y seguridad laboral a penas han cambiando en los últimos cien años.


Causas y consecuencias 
En numerosos países se obliga a los trabajadores migrantes a trabajar como mínimo 16 horas al día mientras que los trabajadores autóctonos sólo prestan 8. Los trabajadores migrantes viven a diario situaciones de hambre y persecución. Con frecuencia son explotados por los intermediarios y políticos locales debido a una falta de legislación laboral que ampare sus derechos.
La globalización económica basada en políticas neoliberales ha producido consecuencias negativas que a su vez generan pobreza que es causante de las migraciones. La política comercial injusta del Banco Mundial, la OMC y el FMI aniquilan las estructuras económicas en muchos lugares y constituyen un impedimento al desarrollo sostenible. Los gobiernos de los países del G8 se limitan a elaborar políticas simbólicas sin ofrecer verdaderas soluciones. Dividen al colectivo de los trabajadores en “documentados” e “indocumentados”, tildando a estos últimos con frecuencia de “ilegales”.

Nuestra fe
Nuestra fe cristiana nos enseña que los migrantes son nuestros hermanos y hermanas. Acoger a los migrantes es acoger a Dios entre nosotros. En la Iglesia no existe el forastero. El Evangelio del amor al prójimo en tierras propias o ajenas (Mt 22, 34-40) requiere claras acciones de solidaridad con el forastero. Dios nos pide dignidad para el ser humano.
Nuestra  vocación esencial es unirnos a la lucha y a las vidas de los trabajadores de todas partes, a través de nuestras acciones con y para los trabajadores vislumbraremos rayos de esperanza en nuestros movimientos de todos los continentes.

Acciones
El movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos está convencido que el problema de los trabajadores migrantes constituye un desafío a escala mundial. En esta víspera del Día Internacional de los trabajadores el MMTC quiere rendir un homenaje a los trabajadores del mundo entero y pedir con insistencia la solidaridad entre los trabajadores de todos los países, ya tengan o no documentación oficial.

Queremos caminar hacia una sociedad mundial basada en la dignidad tal y como se recoge en la Declaración de los Derechos Humanos de Naciones Unidas. Consideramos que es una necesidad para que aquí y ahora se pueda trabajar por el futuro.


Creemos en el establecimiento de alianzas y redes con otras organizaciones de trabajadores del ámbito mundial que luchan por una justicia para los trabajadores migrantes. Debemos presionar a los gobiernos para que introduzcan una legislación laboral que ampare los derechos de los migrantes.

Consejo Ejecutivo del MMTC

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