lunes, 5 de octubre de 2020

Nos movemos por el Trabajo decente (7 de octubre de 2020)



    Por sexto año consecutivo, las organizaciones que integramos la Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) reivindicamos y celebramos el 7 de octubre, la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, para hacer visible la precariedad que sufre el mundo del trabajo, aumentada por la situación de emergencia sanitaria provocada por la pandemia mundial de la COVID-19. La crisis de la pandemia ha puesto de relieve las debilidades estructurales del Estado de bienestar en España y la necesidad del trabajo decente para el desarrollo de una sociedad fraterna. Esta crisis nos ha enseñado que se puede consumir menos y mejor, que el servicio de aquellos oficios menos valorados, social y económicamente son los que sostienen la vida y el cuidado comunitario.

    La realidad en que nos encontramos está visibilizando las consecuencias de un modelo productivo incapaz de generar empleo con alto valor añadido y marcado por las altas tasas de precariedad laboral. Con empleos que se destruyen, cifras de ERTE y paro disparadas, protección social que no está llegando a quienes tienen derecho (como en el caso del ingreso mínimo vital o la prestación para las empleadas de hogar) y miles de personas sin posibilidad de acceso a la misma por ejercer su actividad en la economía sumergida. Demasiados empleos considerados esenciales mantienen condiciones laborales tan precarias que algunas veces rozan la vulneración de derechos y muchas la imposibilidad del sostenimiento de la vida. Esto está suponiendo que multitudes se vean abocadas a acudir a los servicios sociales públicos, a los recursos sociales de las organizaciones de la Iglesia o a la ayuda de las comunidades parroquiales y vecinales para poder subsistir. Es aquí donde se ha manifestado la mayor experiencia de solidaridad y apoyo común que hemos descubierto en esta circunstancia tan extraordinaria, una experiencia de unidad en la adversidad que ha hecho que nos movamos por el bien común. Tenemos que valorar el trabajo humano en la medida que nos dignifica como hijas e hijos de Dios, corresponsables con el cuidado de la vida y la creación. 

    “Hoy he empezado a trabajar, el primer día de trabajo ha sido duro. En mi contrato figura una jornada real de cuatro horas y media, y en realidad han sido casi nueve…, con mucha presión por parte del jefe, y casi ninguna comunicación”. Este podría ser el caso de cualquier persona, hombre o mujer, joven o adulta…, con necesidad de un salario para poder comer, vivir, sustentar a una familia... Sensibles a esta realidad, somos conscientes que necesitamos movernos en comunidad, aunar esfuerzos, buscar apoyos y seguir reclamando un trabajo decente y de justicia social que haga oír nuestra voz en nuestros barrios, ante las organizaciones sindicales y en las instituciones de gobierno.

    Ante estas situaciones necesitamos alzar la voz, pelear y luchar cada vez con más fuerza para que el trabajo decente sea posible, necesitamos una esperanza que nos permita ver el horizonte a través de estas situaciones que padece el mundo del trabajo. Nos movemos por el trabajo decente, muévete con nosotros y nosotras porque este compromiso nos humaniza.

    Urgimos a adoptar las medidas necesarias para conseguir que el trabajo decente sea una realidad accesible para todas las personas, con condiciones que permitan mantener una vida digna y que la protección social llegue a todas las personas que lo necesitan.

    Por eso, en esta Jornada Mundial, en Iglesia por el Trabajo Decente, nos movemos y reivindicamos:

Apostar por un nuevo sistema productivo, capaz de generar empleos con alto valor añadido y que ponga a la persona en el centro.

Lograr el reconocimiento social y laboral de los empleos esenciales para la vida y que estos tengan unas condiciones laborales dignas que permitan a las personas salir de la pobreza.

Reconocer el derecho a la protección social sin que esté supeditado a la vida laboral. 

Garantizar que el ingreso mínimo vital sea una realidad para las personas que lo necesitan, dotando a las instituciones de los recursos necesarios para su gestión.

Asegurar la percepción del subsidio extraordinario a las trabajadoras de hogar y que se reconozca su derecho a la prestación por desempleo al igual que para el resto de personas trabajadoras.

    Como movimientos de Iglesia, en ITD trabajamos en equipo con el fin de visibilizar la lucha por conseguir que el trabajo decente sea cada día más real en la vida de las personas y respetuoso con la casa común. “Para la Iglesia no se trata solamente de predicar el Evangelio…, sino de alcanzar y transformar con la fuerza del Evangelio…” (Pablo VI)

    Os animamos a participar en los actos reivindicativos y celebrativos en todas las plazas y parroquias de las diócesis, en su organización y difusión.


viernes, 26 de junio de 2020

La HOAC se suma a las movilizaciones que reclaman un acuerdo de reconstrucción social para que nadie quede descartado


La Comisión Permanente de la HOAC, movimiento de trabajadores y trabajadoras de Acción Católica especializada, expresa su preocupación por la situación social, laboral y política del país y considera razonable que se exprese, de forma segura, con la convocatoria de movilizaciones prevista para el sábado 27 de junio en todo España, para reclamar un acuerdo de reconstrucción social solidario para que nadie quede descartado y sin derechos y con la  participación de toda la comunidad política, de todas las instituciones, entre las que se incluya la Iglesia. 
El último estudio de la Fundación FOESSA, señala los estragos que la pandemia está provocando en nuestro país, describe una sociedad donde la pobreza severa, que no había parado de aumentar, a pesar de la recuperación del empleo, antes de la COVID-19, está muy presente. Hoy tres de cada 10 personas en la exclusión grave carecen de cualquier tipo de ingreso. Los hogares en exclusión grave que se sostenían sólo de los ingresos de su propia actividad laboral han vuelto a caer dramáticamente. Solo 1 de cada cuatro hogares se puede sostener del empleo. Las previsiones de lo que se viene adquieren una magnitud no conocida. Las instituciones económicas y laborales advierten de la enorme catástrofe socioeconómica que vamos a tener que dar respuesta solidariamente.
En este sentido, la HOAC se muestra a favor de establecer un nuevo pacto social basado en el diálogo entre todas las instituciones del país, buscando el bien común y fortaleciendo la democracia, priorice la dignidad de cada persona, el cuidado del medioambiente  y la promoción del trabajo decente. La profunda crisis que está provocando la pandemia de la COVID-19, para los trabajadores y trabajadoras más humildes y desprotegidos no es sino la continuación de la permanente crisis en la que los ha sumido un sistema que perpetúa y acrecienta la desigualdad. Tenemos delante dos caminos: uno, seguir intentando en vano buscar salidas con la misma lógica de sacralización de la apropiación y acumulación excluyente de los bienes, que no hará más que aumentar la catástrofe humana y ambiental, porque es el problema, no la solución. El otro, decidirnos de una vez por caminar en la dirección del destino universal de los bienes, haciendo una distribución mucho más justa de la riqueza social. Solo en este camino podremos encontrar respuestas humanas y hacer frente al actual desastre socioambiental.
La crisis nos sigue poniendo a prueba como sociedad y nos ofrece la oportunidad de crecer en humanidad, cuidando su fragilidad. Sin la prioridad del cuidado de los más frágiles no existe el bien común. Es también una oportunidad para valorar más y mejor los servicios públicos y los esenciales que son expresión del bien común, particularmente el servicio de la sanidad pública y el de tantas mujeres y hombres trabajadores se entregan en ella al servicio de los demás. Es la oportunidad de tomar la firme decisión de dedicar los esfuerzos y recursos necesarios para fortalecerla y extenderla, así como también el trabajo de determinados colectivos y profesiones, de escaso reconocimiento social, que esta crisis ha puesto en valor. Es esencial gestionar bien las consecuencias económicas de esta situación. Es fundamental que la factura económica no la vuelvan a pagar los empobrecidos, los precarios, las familias más vulnerables. El bien común exige, ante todo, opciones claras en ese sentido. Sin ello el bien común no es más que hueca palabrería. De lo contrario, no harán sino crecer las desigualdades y la injusticia, una vez más. 
Finalmente, la HOAC hace un llamamiento para establecer una senda de diálogo que nos permita avanzar en justicia social. La actual confrontación y crispación es una actitud gravemente irresponsable que no permite tender puentes para abordar las respuestas que necesitan los retos y las incertidumbres de nuestra sociedad. En la Iglesia también estamos emplazados a tener un papel más activo en la promoción del necesario diálogo social y político, para buscar juntos respuestas a las necesidades socioambientales. 

sábado, 13 de junio de 2020

Dia de la Hoac 2020



Con motivo del día de la Hoac 2020, y mirando al futuro con optimismo, compartimos este alegre video para comunicaros que muy pronto (como dice la canción) nos volveremos a ver.

sábado, 30 de mayo de 2020

CARTA ABIERTA A TODAS LAS FUERZAS POLÍTICAS


OBJETIVO: Alcanzar la justicia social a través de la Justicia Fiscal.

La recaudación fiscal en España en relación con su PIB viene siendo históricamente muy inferior a la media de los países de la Unión Europea (1). Asimismo, nuestro gasto público está, en buena medida, por debajo de la media de los países de la Unión (2).

Los últimos estudios sobre opinión pública y política fiscal, publicados desde hace años por el CIS, informan que la población española considera, mayoritariamente, que se dedican pocos recursos a educación, protección al desempleo, vivienda, pensiones y otras prestaciones sociales, cuidado del medioambiente, ciencia e investigación, ayuda a la dependencia, cooperación al desarrollo y sanidad, entre otros servicios públicos. Y esta opinión de la ciudadanía es ideológicamente transversal, ya que es mayoritaria con independencia del partido votado.

Tras la actual crisis sanitaria producida por la pandemia del COVID-19 y sus durísimas consecuencias económicas para personas sin ingresos, trabajadoras y trabajadores por cuenta propia y ajena y pequeñas empresas, se hace más necesario que nunca consolidar y reforzar nuestro estado de bienestar, sin olvidar la cooperación internacional. Y no solo en sanidad e investigación, cuyas carencias la crisis sanitaria ha puesto en evidencia, sino también en todos los pilares que, según la Constitución de 1978, vertebran y dan sentido al Estado social y democrático de derecho contemplado en su artículo primero, la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el Pilar Europeo de los Derechos Sociales. Así opina la ciudadanía, que se inclina, mayoritaria y transversalmente, por mejorar los servicios públicos, aunque haya que pagar más impuestos.

Los impuestos, en el marco de un sistema tributario suficiente y justo, suponen la herramienta necesaria para financiar nuestro estado de bienestar y contribuir a la redistribución de renta y riqueza, así como a la protección del medio ambiente. Los impuestos deben aplicarse atendiendo a los principios de igualdad, generalidad y progresividad, de forma que todos contribuyan de acuerdo con su capacidad económica. Además, se debe asegurar el principio de igualdad efectiva de hombres y mujeres en el diseño y aplicación de la política fiscal.

Desgraciadamente, los impuestos no se recaudan justamente: no paga más quien más tiene y así lo cree el ochenta y tres por ciento de la población, como así lo refleja el último estudio sobre opinión pública y política fiscal del CIS. Es necesario adoptar las medidas de reforma necesarias para revertir esta situación. Medidas que, asimismo, habría que extender a la gestión del gasto público: una gestión que debería ser más transparente. Se debe exigir mayor responsabilidad a sus gestores y sensibilizar a la ciudadanía, todo ello con el objetivo de que la propia sociedad penalice los comportamientos defraudatorios.

En consecuencia, los firmantes de este manifiesto demandamos a las fuerzas políticas un demandamos a las fuerzas políticas un acuerdo para afrontar una reforma tributaria que haga realmente efectivos los principios acuerdo para afrontar una reforma tributaria que haga realmente efectivos los principios de suficiencia, generalidad, igualdad y progresividad. de suficiencia, generalidad, igualdad y progresividad. Reclamamos que se devuelva el protagonismo a los impuestos directos, que gravan a las personas y empresas según su nivel de renta o riqueza, frente a los indirectos, que afectan en mayor medida a quienes menos rentas y capacidad adquisitiva tienen.

Asimismo, dicha reforma debe poner coto a los mecanismos de elusión fiscal, que grandes empresas y fortunas utilizan para evitar o reducir el pago de sus impuestos. Esto debe incluir una lucha decidida contra los mal denominados paraísos fiscales, que sería más acertado denominar guaridas fiscales, debiendo penalizar a cuantos se sirvan de ellos, directa o indirectamente. El acuerdo político debe incluir un pacto de un pacto de Estado contra el fraude Estado contra el fraude fiscal que reduzca sustancialmente su elevado nivel, dotando a las Administraciones tributarias de los medios necesarios a tal fin y desplazando la investigación hacia las grandes bolsas de fraude, mediante la intensificación del control tributario de grandes contribuyentes.

1. La diferencia de presión fiscal en 2018 fue de un 4,9% del PIB, si tomamos como referencia la UE a 27 o un 6,3% si nos comparamos con la media de los países de la Eurozona.
2. La diferencia de gasto público en 2018 fue de un 4,1% del PIB, si tomamos como referencia la UE a 27 o un 5,3 si nos comparamos con la media de los países de la Eurozona.



ANEXO: RELACION DE COALICIONES Y ORGANIZACIONES ADHERIDAS

ACTUA. ADICAE. AIETI AJEC (ASSOCIACIÓ DE JOVES ESTUDIANTS DE CATALUNYA), ALBOAN ALIANZA POR LA SOLIDARIDAD. AMIGOS DE LA TIERRA ESPAÑA. AMNISTÍA INTERNACIONAL APDEH DERECHOS HUMANOS. ASDECOBA. ASGECO ASOCIACIÓN DE DIRECTORAS Y GERENTES SS. ASOCIACION ELIN. ASOCIACIÓN GUARDIA CIVIL. ATTAC ESPAÑA. BOSCO GLOBAL CALATEA CAMPANYA PER UNA JUSTÍCIA FISCAL WDE VALENCIA CANAE. CARRO DE COMBATE. CCOO. CEAR. CECAD CECU CIECODE COCEDER CODENAF- COOP. Y DES. NORTE DE ÁFRICA COMISIÓN GENERAL JUSTICIA Y PAZ CONSEJO DE LA JUVENTUD CONSEJO GENERAL DE TRABAJO SOCIAL CONSELL D’ENTITATS D’ACCIÓ CIUTADANA DE TERRASSA COORDINADORA DE ONGD ESPAÑA. CP SAN CARLOS BORROMEO. EAPN ESPAÑA ECAS (ENTITATS CATALANES D’ACCIÓ SOCIAL), ECODES. ECOLOGISTAS EN ACCIÓN. ECONOMISTAS FRENTE A LA CRISIS. ECONOMISTAS SIN FRONTERAS. ECOOO REVOLUCION SOLAR EDUCO ELITE BCN ENGINYERIA SENSE FRONTERES, FACUA; FADSP FAIR TRADE FED REG. ASOC VECINALES MADRID FED. DE MUJERES PROGRESISTAS FEDERACIÓ DE COOPERATIVES DE TREBALL DE CATALUNYA. FEMINICIDIO.NET/EL SUR FETS (FINANÇAMENT ÈTIC I SOLIDARI) FIARE CATALUNYA FORN DE TEATRE PA’TOTHOM FUCI FUNDACIÓ FRANCESC FERRER I GUÀRDIA, FUNDACIÓN ADSIS FUNDACIÓN ANESVAD. FUNDACIÓN CEPAIM. FUNDACIÓN CIVES. FUNDACIÓN CULTURA DE PAZ. FUNDACIÓN DE EDUCACIÓN PARA LA SALUD (FUNDADEPS) FUNDACIÓN EDUCACIÓN PARA LA SALUD. FUNDACION ESPLAI FUNDACION GLOBAL SALUD FUNDACION MUJERES FUNDACION RAIS FUTURO EN COMÚN GESTHA GLOBAL NATURE FOUNDATION GREENPEACE HOAC INCIDEM INTERED INTERSINDICAL VALENCIANA ISCOD JOVES D’ESQUERRA VERDA (JEV), JUECES Y JUEZAS PARA LA DEMOCRACIA JUSTICIA ALIMENTARIA VSF JUSTÍCIA I PAU. L’OCUC (L’ORGANITZACIÓ DE CONSUMIDORS I USUARIS DE CATALUNYA) LUMALTIK HERRIAK MADPP MALENTXEA MÉDICOS DEL MUNDO MEDICUS MUNDI MOVIMIENTO MATRIA MPDL -MOVIMIENTO POR LA PAZ MUNDO EN MOVIMIENTO OBSERVATORIO RSC ONGAWA OXFAM INTERMÓN; PASTORAL DEL TRABAJO PLATAFORMA ARAGONESA POR LA JUSTICIA FISCAL PLATAFORMA CONTRA LOS FONDOS BUITRE PLATAFORMA DE VOLUNTARIADO DE ESPAÑA-PVE PLATAFORMA PER UNA FISCALITAT JUSTA,AMBIENTAL I SOLIDÁRIA,CATALUNYA PLATAFORMA POLA XUSTIZA FISCAL DE GALICIA. PLATAFORMA POR LA JUSTICIA FISCAL DE ANDALUCÍA. PLATAFORMA POR LA JUSTICIA FISCAL DE EUSKADI PLATAFORMA POR LA JUSTICIA FISCAL DE LA REGIÓN DE MURCIA PLATAFORMA POR UN NUEVO MODELO ENERGETICO PLENA INCLUSIÓN PROCLADE PROSALUS PROVIVIENDA PROYECTO LUZ CASANOVA PTP (ASSOCIACIÓ PER A LA PROMOCIÓ DEL TRANSPORT PÚBLIC), RED ARAGONESA DE ENTIDADES SOCIALES PARA LA INCLUSIÓN; RED ONGD MADRID RED PENSAR UZ UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA REDES CRISTIANAS SALUD POR DERECHO SAVE THE CHILDREN SEO SOTERMUN-USO TAXI PROJECT TRANSPARENCIA INTERNACIONAL UATAE UCC (UNIÓ DE CONSUMIDORS DE CATALUNYA) UDP- UNIÓN DEMOCRATICA DE PENSIONISTAS UGT UNAD UNESCO ETXEA UNICEF COMITÉ ESPAÑOL UNIÓN PROGRESISTA DE FISCALES .UNIÓN PROGRESISTA DE INSPECTORES/AS DE TRABAJO UPTA USO WILPF ESPAÑA WWF -ADENA YAYOFLAUTAS CORDOBA.

miércoles, 29 de abril de 2020

MANIFIESTO ANTE EL PRIMERO DE MAYO

Ante el 1º de Mayo de 2020, Día Internacional del Trabajo, extraordinariamente marcado por la crisis de la pandemia, las organizaciones promotoras de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) unimos nuestras voces y fuerzas, en esta celebración del trabajo y de san José obrero, para reafirmar que el trabajo es para la vida, que debe garantizarse unas condiciones laborales que protejan la integridad física y psíquica de la persona, y favorezca su protección social, esenciales para una vida digna.

No nos cabe duda de que la crisis laboral y económica provocada por la pandemia de la COVID-19, hubiera tenido un menor impacto, sin la indecente precariedad laboral, ese “virus” que caracteriza el sistema de relaciones laborales, que lesiona los derechos de las personas trabajadoras y de sus familias; si la sanidad y el conjunto de políticas sociales hubieran contado con los recursos que necesitan y que fueron recortados como consecuencia de la anterior crisis financiera. 

Los empleos más precarizados, como son los de personas trabajadoras del hogar y de cuidados, de la agricultura, de establecimientos de alimentación o repartidoras, que hasta el momento han estado invisibilizados y no han tenido un justo reconocimiento laboral y social, son los que en este momento de crisis sanitaria, que supone la paralización del sistema productivo y económico, se han «descubierto» como esenciales para la sostenibilidad de la vida, para garantizar el bienestar de todas las personas y que no nos falten alimentos y cuidados durante el periodo de cuarentena. Pero continúan ejerciendo sus funciones en condiciones precarias y en la mayoría de los casos sin la protección adecuada. Amplificamos nuestro aplauso, también para estas realidades. 

«Tenemos unos sueldos muy bajos, sin derecho a paro, no estamos protegidas, por nada ni por nadie. ¿Por qué no tengo yo derecho a cobrar paro como una cajera que trabaja en el supermercado, una panadera, un repartidor?… si mi trabajo es tan digno como el de ellos… no sé por qué las leyes están así, no sé por qué nos miran así, es que parecemos la clase baja del universo…» Rosario, empleada de hogar en Albacete. 

A ello se unen el drama del desempleo registrado, que, junto al estructural, son la punta del iceberg de una crisis del empleo mucho mayor; que no computa los trabajos no reconocidos, ni el empleo suspendido por expedientes de regulación temporal. El empleo que en primer lugar se ha destruido es el más débil, el que carece de redes de protección social. Por ello, a todas las personas que verán reducidos sus ingresos, incluso hasta límites que no garanticen el mínimo para vivir dignamente, se suman las que no cuentan con ningún tipo de protección. 

Hacemos un llamamiento para que se articulen e impulsen todas las medidas necesarias evitando que esto vuelva a pasar, y para apoyar y cuidar a las personas más afectadas, especialmente a quienes están en la calle, sin techo y las que nunca reúnen los requisitos para percibir alguna renta mínima. ITD, constituida por instituciones que acompañan a las víctimas de la precariedad, exigimos construir una red de protección social para quienes han perdido empleo, salario y derechos, para que nadie se quede atrás. 

Necesitamos superar planteamientos individualistas y comprometernos solidariamente con la comunidad y el bien común. Valoramos el compromiso de la ciudadanía y el de tantas empresas, y subrayamos que son las Administraciones Públicas las garantes últimas del bien común de nuestra sociedad. 

Desde estas constataciones, reclamamos
• El reconocimiento de un ingreso mínimo garantizado en un programa articulado que integre las políticas sociales en España. 
• El derecho a la prestación por desempleo para las personas empleadas de hogar, así como el reconocimiento social del trabajo de hogar y de cuidados. 
• La regularización extraordinaria y urgente de los trabajadores y las trabajadoras “sin papeles” y descartados de los derechos de ciudadanía. 
• Un pacto de Estado, entre toda la sociedad y sus instituciones que, entre otras cuestiones, apueste por la centralidad de la persona y el trabajo decente, piedra angular sobre lo que se sostiene todo lo demás. 
• El fortalecimiento del pilar de los derechos sociales en Europa

Como entidades de la Iglesia sensibles y comprometidas con la realidad en el mundo obrero y del trabajo, en este 1º de Mayo y de san José obrero invitamos a las comunidades cristianas a unirnos, desde la distancia física obligatoria, desde nuestras casas, en la celebración y la oración. Os invitamos a participar con creatividad en aquellas acciones que puedan hacer visible la necesidad de un trabajo decente acorde con la dignidad humana.

viernes, 24 de abril de 2020

El trabajo es para la vida, también hoy.

                               
LA HOAC DE CIUDAD REAL CONMEMORA EL 28 DE ABRIL: DÍA DE LA SALUD Y SEGURIDAD EN EL TRABAJO.

Ha tenido que extenderse planetariamente un enemigo invisible (el Covid-19) para que hayamos redescubierto el verdadero valor de la salud humana, del trabajo y de la salud laboral. Confiemos en que no se nos olvide en mucho tiempo.

El 28 de abril se celebra desde 1996 el día de la salud laboral. La Pastoral Obrera y  la Hermandad Obrera de Acción Católica, cada año conmemoran esta jornada reivindicando la preservación de la salud de las personas trabajadoras como exigencia de los acuerdos internacionales y de la legislación nacional, y como opción irrenunciable de la Doctrina Social de la Iglesia; ello desde la preeminencia del ser humano y del cuidado de la Creación, que lo acoge, frente a la economía materialista.

Este año 2020 parece que la pandemia del Covid-19 monopoliza toda la información sanitaria y laboral, pero, antes de la declaración del estado de alarma el 14 de marzo, ya eran varias decenas de personas trabajadoras las fallecidas como consecuencia de su actividad laboral (1). El accidente laboral en el vertedero de Zaldíbar (Bizkaia) el 6 de febrero, en que dos trabajadores perdieron la vida y cuyos cuerpos aún no han sido encontrados,  es un ejemplo bastante llamativo de esta triste realidad.

La emergencia sanitaria en que vivimos estas semanas recrudece el conflicto entre la economía productivista y la salud laboral. Pero, ¿no es esto lo que sucede a diario, sin pandemia, cuando muchas empresas, trabajadores e instituciones no velan lo necesario por la seguridad y salud laboral de quienes desarrollan su trabajo? Ello se constata en la  falta de equipos de protección, en la no adecuación de los sistemas de trabajo a las personas, en la  falta de formación sobre salud laboral, en la escasa implicación para mejorar esto, en la  prevalencia del beneficio económico sobre todas las cosas…   


Por otra parte, esta crisis sanitaria ha vuelto a sacar a la luz la importancia de cada trabajador  y del trabajo como servicio,  a la medida del ser humano y del bien común ¿Cuántos trabajos y trabajadores que hasta hace poco no valorábamos (sanitarios, cuidadores, personal de limpieza y residuos, transportistas, repartidores, comercios, agricultores, seguridad… ) ahora nos parecen imprescindibles para nuestro sostenimiento vital. Para ellos se reclaman ahora mejores condiciones laborales y de seguridad.  Pero esta petición debería ser continua, porque esta situación ha evidenciado lo necesarios que somos todos en nuestros trabajos (no solo ahora)  y lo bueno que es cuidarnos unos a otros.

Actualmente en España contamos con un marco legal bastante avanzado y de calidad. Sin embargo, su cumplimiento deja mucho que desear, ya que se ciñe demasiado a cubrir un expediente y redactar una serie de planes y documentos para “pasar” la inspección. Se olvida con mucha frecuencia el espíritu de la ley, que recoge con insistencia el derecho de todo trabajador a que su integridad física y mental se respete en todo momento durante su vida laboral.

La vida humana es algo tan grande, tan sagrado, que nunca debería ser tratada como moneda de cambio. La vida de quienes trabajan no puede seguirse considerando una variable económica más, sino el centro a cuyo servicio ha de ponerse todo lo demás, incluida la economía.

Para la Doctrina Social de la Iglesia, la dignidad de la persona, la salud y la vida de la persona trabajadora ha de estar por encima de cualquier otro objetivo económico o factor de producción. El valor del trabajo no reside únicamente, en su rentabilidad económica, ni siquiera en el producto o servicio que genera, sino, sobre todo, en que sea fuente de vida para las personas del trabajo, para las familias y para el conjunto de la sociedad.

La HOAC con la Pastoral Obrera de Ciudad Real nos unimos a todas aquellas personas y organizaciones sociales y eclesiales comprometidas en la transformación de esta realidad, para hacer que el trabajo sea una fuente de vida y no de destrucción. Llamamos al conjunto de la Iglesia y de la sociedad a que no permanezcamos indiferentes y hagamos nuestro el dolor y las esperanzas  de nuestros hermanos y hermanas del mundo del trabajo.

Notas:(1):https://www.elperiodico.com/es/economia/20200313/datos-accidentes-trabajo-enero-2020-7888199

viernes, 27 de marzo de 2020

URGEN LA SOLIDARIDAD Y LA COMUNIÓN


La situación provocada por el COVID-19, que estamos viviendo, con sus dramáticas consecuencias para todos, ha puesto de manifiesto que la única salida posible es la comunión, la solidaridad. Esta práctica, que Jesucristo nos enseñó con su vida crucificada, es asumida por muchas personas, sean creyentes, o no. Así, cada día podemos celebrar con gozo multitud de testimonios de personas que ponen vida y capacidades al servicio de quienes lo necesitan; también hemos visto cómo la política en gran medida ha sido capaz de humanizarse y ponerse al servicio de las necesidades de las personas y del bien común.

Junto al drama de la enfermedad y la muerte, a la HOAC, como Iglesia presente en medio de las condiciones de vida del mundo obrero y del trabajo, también nos preocupa la dimensión social y económica de esta crisis, y no vemos que la comunión - solidaridad sea la respuesta que se está dando. Valoramos positivamente las medidas del gobierno dirigidas a proteger a empresas, autónomos y trabajadores, pero estimamos que están muy lejos aún de lo que es necesario.

Por ello nos parece una necesidad urgente:

Poner a disposición de las pequeñas y medianas empresas, y trabajadores autónomos el dinero y las exenciones fiscales necesarias para el sostenimiento y relanzamiento de sus empresas, sin que ello suponga ninguna hipoteca ni endeudamientos futuros.

Garantizar los recursos económicos necesarios a todas las personas y familias que se han visto privadas de su trabajo, incluyendo en la solidaridad con los trabajadores y trabajadoras que han sido excluidos de la economía formal. Estas personas si trabajan, cobran, si no trabajan, no cobran: La persona que limpia casas sin contrato, la que vende productos de su huerta de puerta en puerta, la que recoge chatarra, la que hace alguna chapuza de vez en cuando… Estas personas no van a ser incluidas en ningún ERTE ni van a cobrar ninguna prestación de desempleo, pero también son personas trabajadoras que tienen que seguir viviendo. Todo ello hace imprescindible la existencia de una Renta Básica que llegue a todas las personas y familias, y prioritariamente, a estas, que lo necesitan.

Establecer un mecanismo compensatorio para las personas y familias que no puedan pagar hipotecas o alquileres. Ya tenemos experiencia de lo que suponen los desahucios y no deberíamos repetir prácticas que atentan contra la dignidad humana.

Junto a estas medidas de carácter urgente, es imprescindible abordar dos líneas de trabajo para reorientar nuestra sociedad y nuestra economía después de la crisis, y prepararnos para futuras situaciones como esta o parecidas:

Revertir un conjunto de políticas públicas cuya inoperancia ha quedado de manifiesto, para que se centren en el cuidado de la vida, entre otras señalamos: La atención a la dependencia, incluidas las residencias de mayores. La política sanitaria, que ha sufrido especialmente recortes que han desmantelado a centros de salud y hospitales privándolos de medios técnicos y personal necesarios y ha sumido en grandes estrecheces a la asistencia primaria y la prevención. Los Servicios Sociales Comunitarios, sin recursos para responder a la demanda de la pobreza y la exclusión y sin profesionales que los puedan atender. La política de vivienda, que ha echado una losa insoportable sobre muchas familias. Las políticas de Rentas Mínimas y de lucha contra la exclusión, que parecen diseñadas más como propaganda que como caminos de integración real y la política laboral y de empleo, cuya inoperancia es ya un clamor.

Revisar el papel de la banca privada y el papel del Banco Central Europeo y del Banco de España. Es un contrasentido que le demos a la banca privada el dinero de todos a interés cero, para que la banca lo preste a empresas y personas a un interés cuatro o cinco puntos mayor. Los Estados necesitan una fuente de financiación que no sea una condena, y esto solo puede hacerlo una Banca Pública o legislando que los Bancos Centrales asuman esta función.

Nos unimos al papa Francisco que expresó en la Audiencia General del día de ayer que nuestras sociedades necesitan que difundamos más allá de las emergencias, como la de ahora, esa cultura de la solidaridad, del cuidado y de la acogida, contribuyendo a crear un mundo cada vez más humano.

Seguimos invitando a todas y todos a expresar de manera concreta la solidaridad con quienes más sufren las consecuencias de esta situación, a activar nuestra misericordia compasiva que se traduzca en gestos samaritanos con los más necesitados, y a seguir poniendo nuestra confianza en el Dios de la Vida.

COMISIÓN PERMANENTE DE LA HOAC
Madrid, 26 de marzo de 2020


domingo, 1 de marzo de 2020

8 de Marzo - Día Internacional de la Mujer Trabajadora.


POR UNA IGUALDAD INTEGRAL, ABRIENDO CAMINO.

Celebramos un año más el 8 de marzo, el Día de la Mujer Trabajadora. Estamos en un momento de la historia en que la economía predomina en el mundo del trabajo, lo que implica, entre otras cuestiones, que hoy la precariedad y la pobreza siguen teniendo rostro de mujer. Es necesario un cambio en su organización y en la sociedad. En ese proceso las mujeres tenemos una oportunidad para hacer oír nuestra voz como uno de los colectivos más discriminados en la historia.

Es cierto que se van observando tímidos avances en la inclusión de los valores de igualdad. Pero todavía queda mucho camino que recorrer, para superar la cultura patriarcal y de la rentabilidad económica, donde la mujer sufre las consecuencias y tiene poco que decir. Las mujeres jóvenes, por la imposibilidad de acreditar experiencia profesional, son abocadas a contratos de práctica, y de becarias, que les impide tener planes de futuro y generar proyectos vitales. Las mujeres mayores, sobreviven con una pensión que apenas cubre sus necesidades básicas. Las mujeres adultas se ven relegadas a contratos temporales, a largos horarios y sueldos más bajos. Además, en la mayoría de los casos, teniendo que decidir entre un trabajo, y el cuidado de menores, mayores y enfermos junto con la atención del hogar.

Hay que seguir luchando por una igualdad plena en todos los ámbitos de la vida. Porque es la única manera de reconocer la sagrada dignidad de todas las personas y avanzar por caminos de justicia y humanidad. Necesitamos de una valoración del trabajo reproductivo. El cuidado de la vida (de las personas -y también de la madre tierra-) debe estar equilibrado, repartido, retribuido y socialmente integrado. Debe formar parte de la educación que edifica  una sociedad más humana y humanizadora.

Es necesario que los gobiernos tomen conciencia de su papel en este cometido, con el  cumplimiento de unos planes de igualdad que no se queden en el papel, propiciando el acceso a un trabajo decente y a una conciliación real de la vida familiar y laboral.

Como mujeres creyentes reivindicamos nuestro derecho a ser visibles en la estructura eclesial, a compartir espacios de formación y acción por la igualdad radical que nos otorga el bautismo, a participar plenamente y sin discriminaciones en la comunión y la misión de la Iglesia. Tenemos que seguir impulsando testimonios de igualdad y favorecer un trabajo decente en nuestra Iglesia. Para eso es necesario ir avanzando en la igualdad integral de todas las mujeres y hombres que la formamos.

«Llega la hora, ha llegado la hora en que la vocación de la mujer se cumple en plenitud, la hora en que la mujer adquiere en el mundo una influencia, un peso, un poder jamás alcanzados hasta ahora. Por eso, en este momento en que la humanidad conoce una mutación tan profunda, las mujeres llenas del espíritu del Evangelio pueden ayudar tanto a que la humanidad no decaiga»  (Mensaje del Concilio a las Mujeres, 8 de diciembre de 1965)

Este 8 de marzo, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC),  la Juventud Obrera Cristiana (JOC) y Mujeres y Teología de Ciudad Real, reivindicamos igualdad, visibilidad y dignidad de la mujer en el mundo del trabajo:
-        Con un trabajo decente que dignifique y ponga en el centro a la persona.
-        Siendo Iglesia encarnada en el mundo, sobre todo entre las más desfavorecidas y empobrecidas, formando parte de ese cambio que ya está en marcha.
Con esperanza y solidaridad, nos unimos a los movimientos eclesiales, a las organizaciones feministas y sindicales, a los agentes sociales, y a tantas cristianas y cristianos en esta lucha común hacia una igualdad integral.