lunes, 20 de noviembre de 2017

Comunicado de las XXIII Jornadas Generales de Pastoral Obrera.

Convocados por el Departamento de Pastoral Obrera de la Conferencia Episcopal Española, presididos por Monseñor Antonio Algora, su obispo responsable, y acompañados por Luis Manuel Romero, director del Secretariado de la CEAS, nos hemos reunido en Ávila, los días 18 y 19 de noviembre, delegados diocesanos, miembros de los movimientos apostólicos, y de equipos parroquiales de Pastoral Obrera de toda España, para celebrar las XXIII Jornadas Generales, bajo el lema “Ante el futuro del trabajo, quehacer de la Pastoral Obrera”.
En ellas hemos reflexionado acerca de los cambios y las nuevas realidades que se están produciendo en el mundo del trabajo, así como la urgencia de abordar los retos que la crisis socioecológica plantea al trabajo humano.
Igualmente, hemos abordado los principales retos y desafíos que se le presentan a la Iglesia en este campo, en medio de un mundo en cambio y transformación, preguntándonos cómo debe situarse la Pastoral Obrera hoy ante estas nuevas realidades.
La nueva configuración del trabajo manifiesta una profunda deshumanización del trabajo humano y, en consecuencia, de la vida social. Una profunda pérdida de dignidad de la persona trabajadora.
Y esto nos reclama, por ser iglesia de Jesucristo, encontrar una nueva relación con el trabajo[1]. Hemos de recuperar los elementos que contribuyan a la construcción de una sociedad que ponga a la persona humana en un lugar central  y al trabajo digno como elemento imprescindible de la integración social y herramienta indispensable para acceder a una vida digna. Porque el mundo del trabajo es una prioridad humana. Y, por lo tanto, es una prioridad cristiana, una prioridad nuestra. Donde hay un trabajador, ahí está el interés y la mirada de amor del Señor y de la Iglesia.[2]
Esto significa seguir empeñados en que los lugares de la Iglesia sean los lugares de la vida, y en consecuencia también las plazas, las fábricas[3] y todos los centros de trabajo, los hogares… Es en estos lugares, en los que, ante las profundas transformaciones que se están dando en el mundo del trabajo, son siempre necesarios nuevos movimientos de solidaridad de los hombres del trabajo y de solidaridad con los hombres del trabajo.[4]
A esa tarea de abrir caminos de humanidad, de encuentro, de diálogo entre todos los actores sociales, que posibilite recuperar la centralidad del trabajo digno para todos, nos sentimos renovadamente convocados, y a ella convocamos a toda la Iglesia, a las organizaciones sociales y sindicales, a los militantes cristianos, y a todos los trabajadores y trabajadoras a quienes, en esta primera Jornada Mundial de los Pobres, hacemos llegar la esperanza en Jesucristo, el obrero de Nazaret.
Ávila, 19 de noviembre de 2017.

[1] Francisco. Encuentro con el mundo del trabajo. Establecimiento siderúrgico Ilva. 27 de mayo de 2017.

[2] Ídem.
[3] Ídem.
[4] Laborem exercens 8.

viernes, 29 de septiembre de 2017

7 de Octubre - Iglesia por el trabajo decente

Hoy, representantes de Cáritas, Confer, Hoac y Joc de la diócesis de Ciudad Real, hemos tenido el primer encuentro para preparar la jornada de reivindicación por el trabajo decente, dentro de la iniciativa "Iglesia por el trabajo decente".
Más información en www.iglesiaporeltrabajodecente.org







martes, 8 de agosto de 2017

Comunicado Cursos de Verano HOAC #CVHOAC


Otra manera de ser, trabajar y vivir en el mundo obrero #CVHOAC


Convocados por la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), 350 personas hemos celebrado en la Universidad de la Mística (CITES) de Ávila, los Cursos de Verano, bajo el lemaOtra manera de ser, trabajar y vivir en el mundo obrero. Los cursos son un espacio de oración, reflexión y diálogo para quienes participamos, disfrutando y conviviendo en un clima de acogida y fraternidad. 

Este año y a través de distintas reflexiones, ponencias y experiencias, hemos dialogado sobre el acompañamiento de la fe que hemos de prestar a militantes cristianos. También hemos compartido qué economía necesitamos para construir una vida digna desde el trabajo decente, iluminado por distintas experiencias de personas y colectivos para militantes, familiares, simpatizantes y amigos) y hemos orado desde la vida para construir el bien común.
En el marco de los cursos, nos hemos manifestado, en la Plaza de Santa Teresa de Ávila para denunciar públicamente con La pasarela de los contratos precarios, la manera en la que está organizado el trabajo y cómo afecta a las condiciones de vida de los trabajadores y trabajadoras de nuestro país y en el mundo. A continuación hemos compartido y celebrado la Eucaristía con la Iglesia de Ávila en la Parroquia de San Pedro. Les hemos dado la voz a las trabajadoras de la limpieza del edificio de la Junta de Castilla y León (Los Paúles) que llevan 5 meses sin cobrar su salario, solidarizándonos con su lucha y con la entrega de 2.000 euros recogidos, como expresión de nuestra comunión de bienes, entre los participantes.

Fruto de este compartir entendemos que lo que está pasando en nuestra economía, nos afecta a todos y a todas de una manera determinante, especialmente a los más pobres, ya que está basada en el logro del beneficio sin medida y no tiene en cuenta a las personas, mercantilizándolas y utilizándolas en su propio beneficio. El papa Francisco nos recuerda que "esta economía mata" y que, "es necesario una economía que cree comunión" (Congreso Internacional de Economía de Comunión) y esto no es posible sin la promoción de la justicia.

Economía y comunión deben estar una al lado de la otra, y cuando van unidas nos lleva a compartir lo que somos y tenemos. La economía debe estar al servicio del bien común y por eso afirmamos que es urgente recuperar la centralidad del trabajo, tan devaluado en los últimos años, por la escasez de éste y por la precariedad que se ha instalado en la vida de las personas con la consecuente pérdida de derechos sociales y laborales.

Creemos que es necesario desarrollar una nueva cultura económica, para avanzar en la lucha contra la pobreza y así evitar víctimas y descarte de personas.

Planteamos que hay instrumentos para que esto sea posible:
Economía de comunión como camino, proponiendo y viviendo un estilo de trabajo y de vida alternativos a los dominantes en la actualidad.
Economía social como base del trabajo decente y del bien común.
Una renta ciudadana (o salario social) que garantice que, mientras no tengan trabajo que lo permita, todas y cada una de las personas alcancen unos mínimos vitales necesarios para llevar una vida digna.
Finanzas éticas. Utilizando el dinero en coherencia con nuestros valores.
Experiencias de Fondo de Solidaridad, como expresión de comunión de bienes con las personas empobrecidas.

Estas experiencias que hemos compartido en los cursos no son las únicas, hay más, y unas y otras muestran el camino que estamos llamados a recorrer como expresión certera que otra forma de ser, pensar y vivir es posible. 

Como creyentes en Jesús, el Dios de las personas y de la vida, quien nos anima a construir Reino de hermanos y hermanas, os animamos y convocamos a seguir siendo semilla de ese Reino en nuestro mundo.  

jueves, 27 de julio de 2017

Otra manera de ser, estar y vivir en el mundo obrero.

350 personas, entre militantes y simpatizantes de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), participarán en los cursos de verano 2017 que se impartirán del 31 de julio al 6 de agosto en la Universidad de la Mística (CITeS) de Ávila. 

Estos cursos son un espacio de oración, reflexión, diálogo y convivencia que en esta edición se ofrecen para reflexionar y profundizar sobre otras maneras de ser, trabajar y vivir, más conformes con la dignidad de la persona y el respeto a la Creación; para profundizar en el sentido de una economía que priorice el trabajo decente y construya el bien común; y para conocer y compartir experiencias de otras formas de construir economía que son ya realidad. En este sentido, los cursos se estructuran en tres momentos diferentes: 

En primer lugar, las jornadas de reflexión​, convocadas con el título «El acompañamiento de la fe en la vida diaria: un servicio imprescindible»​ , van dirigidas a sacerdotes, seminaristas y animadores en la fe. El ponente es el sacerdote diocesano de Bilbao, Manu de las Fuentes​, que expondrá su reflexión los días 31 de julio y 1 de agosto​. 

En la segunda parte de los cursos se desarrollan las jornadas de profundización y diálogo​, abiertas al público en general, y que abordarán el tema «Para construir una vida digna desde el trabajo decente. ¿Qué economía es necesaria​». Durante los días 2, 3 y 4 de agosto se impartirán dos ponencias y un panel de experiencias. Los ponentes serán Pedro J. Gómez Serrano​, profesor de economía de la Universidad Complutense y del Instituto Superior de Pastoral de Madrid; y Lucio Arnáiz​, responsable en España de la Asociación de Sacerdotes del Prado. En el panel de experiencias intervendrán representantes de Comisión Internacional de la Economía de Comunión​, de la Cooperativa Escode Textil​, de FIARE ​(Banca ética) y del Fondo de Solidaridad Diocesano de la HOAC de Cartagena-Murcia​. 

En el marco de estas jornadas de profundización está prevista una comparecencia ante los medios de comunicación​; la realización de un gesto público en Ávila para denunciar la precariedad laboral; y la celebración de la Eucaristía​, en la parroquia de San Pedro, que será presidida por el obispo de Ávila, D. Jesús García Burillo. 

La tercera parte de los cursos serán las jornadas de oración​, convocadas bajo el título «Orar desde la vida para construir el bien común​», abiertas también al público en general, y que se desarrollarán los días 5 y 6 de agosto​. el ponente en este caso será Antonio Hernández-Carrillo​, consiliario de la HOAC de Andalucía y autor de libro Te ofrecemos todo el día… Orando a Jesús obrero. 

Finalmente, la HOAC emitirá un comunicado​ de conclusiones. 

domingo, 30 de abril de 2017

TENDER PUENTES EN EL MUNDO OBRERO Y DEL TRABAJO













#1MCreoPuentes

Manifiesto de la Juventud Obrera Cristiana y de la Hermandad Obrera de Acción Católica ante el 1º de Mayo de 2017

Celebramos el 1º de Mayo, la fiesta más importante para el mundo obrero, en el que las trabajadoras y trabajadores de todo el mundo nos unimos para manifestarnos y reivindicar trabajo y mejores condiciones laborales.

Expresiones como: «he llegado a trabajar hasta 17 horas en un día», «cada viernes me dan los turnos de la próxima semana», «tengo un contrato que empieza y termina en el mismo día», «es lo que hay», en boca de Inés, David, Adrián,… son cada día más frecuentes y hacen que el presente y el futuro de las trabajadoras y trabajadores sea incierto, ya que nos lleva al conformismo y a vivir eternamente instalados en la precariedad laboral.

A menudo escuchamos que hemos salido de la crisis, que la economía ha mejorado y que se está creando empleo. Escuchamos menos que esta bajada del desempleo lleva consigo precarización y pérdida de derechos: temporalidad, inestabilidad, falsos autónomos, horas extras no remuneradas y más pobreza. Según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, en marzo el paro bajó en 48.559 personas, muy pocas comparadas con las 3.702.317 que continúan aún registradas en las oficinas de empleo, llevándose la peor parte las mujeres y las personas jóvenes.

Apenas se dice tampoco que tener trabajo no es garantía hoy de poder vivir con dignidad. Los denominados «trabajadores pobres», los nuevos excluidos del siglo XXI, representan ya el 14,8%, mientras que el 22,1% de las personas de nuestro país se encuentra ya en riesgo de pobreza y exclusión (Informe Análisis y perspectivas 2016. Fundación FOESSA, Cáritas. Nov 2016) .

Asistimos a la globalización de la economía, no hay fronteras para el capital, sin embargo levantamos muros y fronteras para las personas. Ante esto, es urgente tender puentes, poner en el centro a la persona. El papa Francisco hace énfasis, en la Laudato si’ (127-128), que el ser humano debe estar en el centro de la vida y también nos recuerda que «sin trabajo la dignidad está herida» (Terni, 20.03.14).

La JOC y la HOAC, como Iglesia encarnada en el mundo obrero y del trabajo, manifestamos que es urgente y necesario abordar la situación del trabajo desde todos los ámbitos de la sociedad. Creemos que, solo con el esfuerzo de todas y todos, podremos recuperar derechos y darle la importancia que tiene el trabajo como elemento central en la vida de las personas.

Estamos convocados a ofrecer una respuesta social conjunta y trabajar para:

Promover el trabajo decente. Un trabajo que respete los derechos de las trabajadoras y trabajadores, asegurando un salario justo y seguridad en el puesto de trabajo.

Acceso al trabajo para todas y todos. Ante la situación que estamos viviendo, creemos importante que toda persona tenga acceso a un empleo digno que respete la vocación y que nos permita sentirnos partícipes de la construcción de la sociedad.

Evitar la discriminación. Aunque se haya avanzado en el reconocimiento de igualdad de derechos, hay que dar pasos e integrar a los diversos colectivos en el mundo del trabajo, y cuidar la no discriminación de personas por razón de género, discapacidad, país de origen, orientación sexual, etnia, raza, religión…

Garantizar la protección social. Que asegure la protección de las familias y mejore las perspectivas de desarrollo personal e integración social. Y al mismo tiempo priorizar la necesidad de una renta de ciudadanía que garantice su protección.

Repensar la participación y la conciliación. Que dé libertad para que las personas expresen sus opiniones, se impliquen y participen en las decisiones que afectan a la organización del trabajo.

Un trabajo que nos permita conciliar la vida laboral y familiar y el desarrollo de las necesidades culturales y espirituales, así como el compromiso militante como ciudadanos comprometidos.

Reconocer los trabajos de cuidados. Debemos seguir avanzando hacia un sistema en el que no solo los trabajos «productivos» sean reconocidos socialmente como trabajo, sino también los trabajos de cuidados que posibilitan la vida (el cuidado de niños y personas mayores, la atención a la dependencia, el cuidado de la naturaleza…).

Dialogar sobre el presente y futuro del trabajo. Es necesario y urgente sentarnos en una mesa de diálogo donde gobiernos, empresarios, sindicatos y otras organizaciones sociales reflexionemos sobre el sentido humano y humanizador del trabajo y cómo necesitamos organizar el trabajo, así como medios para que el trabajo y el sistema de producción tengan como objetivo la justicia social.

Jesucristo, Buena Noticia para las mujeres y hombres de hoy, dedicó su vida a anunciar un mundo nuevo, el Reino de Dios que estamos llamados construir aquí y ahora. También nosotros, aun siendo conscientes de la situación que vivimos, anunciamos y ponemos nuestra esperanza en los pequeños cambios que están dando en la sociedad (consumo responsable, economía de comunión, cuidado de la creación,…) que, como la semilla o la levadura en la masa, transforman la realidad en los barrios, en nuestros trabajos, en la calle y en nuestras casas. Estas pequeñas semillas que hoy construyen Reino pueden inspirarnos para tender puentes y crear un mundo entre todas y todos donde se respete la dignidad de la persona y el derecho a un trabajo decente.

lunes, 6 de marzo de 2017

Comunicado ante el día internacional de la Mujer trabajadora


Carmen, de 26 años, trabaja de reponedora en una gran superficie. Se desplaza 100km para trabajar 3h cada jornada por 3,5€/h. “Tal y como está el mercado del trabajo, me temo que gran parte de mi vida laboral y la de mucha gente va a ser así de precaria mucho tiempo”.

Junto a Carmen y a tantas mujeres y hombres que sufren condiciones injustas celebramos el 8 de marzo el Día de la Mujer Trabajadora, un símbolo de la lucha de las mujeres trabajadoras por el reconocimiento de la dignidad, lucha que hoy ha de seguir viva.
Fue en 1911 cuando se celebró por primera vez el Día Internacional de la Mujer Trabajadora con una reivindicación a favor del derecho al voto, el derecho al trabajo y la no discriminación laboral.
Con aquel primer Día Internacional de la Mujer Trabajadora se inicia una tradición que cumple 106 años de lucha en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo.

El trabajo debe respetar a la persona en todas sus dimensiones, porque el trabajo es «la “clave esencial” de toda la organización social, condiciona el desarrollo no sólo económico, sino también cultural y moral, de las personas, de la familia, de la sociedad y de todo el género humano» (Laborem Exercens 3). Sin embargo, hoy el trabajo no respeta la persona y su dignidad, relegándola al beneficio económico, y generando, precariedad, desigualdad, empobrecimiento, violencia contra la mujer y falta de conciliación laboral.


El papa Francisco nos recuerda que El trabajo es sagrado, el trabajo da dignidad a una familia y debemos rezar para que no falte el trabajo a ninguna familia”.
Como Iglesia queremos decir alto y claro que:


  • No podemos callar  ante la injusticia social, ante la violación de los derechos de las trabajadoras y trabajadores.
  • No podemos permanecer al margen ante la realidad de la violencia contra las mujeres y hemos de dar pasos en la sensibilización y formación.
  • No podemos continuar utilizando prácticas y lenguajes excluyentes, discriminatorios que justifiquen el empobrecimiento y la violencia contra las mujeres.
  • Invitamos a la sociedad a implicarnos en la defensa del trabajo digno para que entre todas y todos eliminemos la precariedad, la desigualdad y el empobrecimiento que afecta a tantas trabajadoras y trabajadores.
  • Exigimos a gobiernos, instituciones y organizaciones sociales el incremento de políticas de igualdad que reconozcan a la mujer su dignidad, su plena integración y protagonismo en la vida social.
  • Hacemos una llamada para avanzar hacia la igualdad en el seno de nuestra Iglesia, a fin de que la aportación femenina enriquezca decididamente a la comunidad eclesial como ya proponía el Concilio Vaticano II.
En este 8 de marzo, Mujeres y Teología, la JOC y la HOAC, junto a toda la Iglesia y  la sociedad entera nos comprometemos en una acción transformadora que nos compete a todas y a todos, luchar por desterrar la violencia económica, laboral, social y cultural contra las mujeres trabajadoras, acompañando sus vidas, sus esperanzas,  abriendo caminos nuevos que posibiliten otra forma de vivir, de organización económica y social,  y otra cultura  que respete la dignidad de las  personas por encima de todo.

viernes, 17 de febrero de 2017