lunes, 21 de octubre de 2013

Los efectos de la crisis en los colectivos más frágiles.


Desde el inicio de la crisis (2008-2013), según la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre, el desempleo alcanzó a cerca de seis millones de personas. A ello hay que añadirle la precarización del empleo que ha contribuido a aumentar la pobreza en los propios trabajadores asalariados (12,3%). Situación que conlleva la pérdida de ingresos de muchas familias, que ha supuesto un incremento del número de desahucios. Más de 600.000 hogares (el 3,5% de los existentes) han perdido su vivienda, bien en régimen de compra (hipoteca) o en alquiler.

Las políticas adoptadas han generado graves problemas para un amplio sector de la población trabajadora y pensionista, muy especialmente para quienes se encentra en paro, sobre todo si no reciben ninguna prestación de desempleo (2,8 millones de personas) y/o todos los miembros de su grupo de convivencia se encuentran sin trabajo (casi dos millones de hogares). En 2012 el 45% de los hogares no puede permitirse una semana de vacaciones al año, el 40% no puede afrontar gastos improvistos y el 7,4% ha tenido retrasos en el pago de su vivienda habitual.

Los extranjeros son el colectivo trabajador más afectado por la crisis económica y el paro, pues además de sufrir más el desempleo que los trabajadores nacionales, tienen más problemas para encontrar un puesto de trabajo, debido a su vinculación con los sectores más dañados por la recesión. De hecho, los trabajadores extranjeros presentan una tasa de desempleo 10 puntos superior a la de los españoles. A ello hay que añadirle la existencia de los CIES (Centros de Internamientos de Extranjeros en España) la opacidad de los datos. Y la reciente Ley de Sanidad discriminatoria que excluye a las personas “sin papeles”.


Las desigualdades salariales por sexo y edad siguen siendo elevadas y han aumentado en la última década. En 2000 las retribuciones media de las mujeres era un 22,7% inferior al salario medio y la desventaja pasó al 31,5% en 2011; por su parte, el de los jóvenes se incrementó del 54,1% al 60,6%. Por otra parte, en España trabaja más gente a tiempo parcial, (porque no hay otra cosa) la cifra alcanza (EPA), el 16,4% de todos los ocupados. Estos puestos los ocupan mayoritariamente mujeres.

Los niños y niñas son los más vulnerables a sufrir las consecuencias de la crisis económica, convirtiéndose en el grupo de edad más afectado por la tasa de pobreza, el 20% en nuestro país. España ha retrocedido en la clasificación de bienestar infantil en la primera década del siglo XXI cinco puntos hasta situarse en el puesto 19 de los 29 países con economías más avanzadas en el mundo.

A partir del giro de 2010, concretado en los presupuestos de 2011, 2012 y 2013, la política de recortes ha deteriorado los recursos destinados a sanidad, educación y desempleo, mientras reduce el ritmo de ampliación de la partida destinada a pensiones. En definitiva, la crisis económica está siendo utilizada como excusa para profundizar en el modelo de capitalismo neoliberal. En medio de todo ello, la brecha de desigualdad de riqueza entre el cuarto de hogares más rico y el más pobre pasó de 39 a 50 veces. Los ricos son más ricos y los pobres más pobres. Aquí se invierte la tradición de la leyenda de Robin Hood, donde el Sheriff-Estado expolia a los pobres para transferir riqueza a los ricos. Paradojas del siglo XXI.

(Extraído de la revista “Militante mundo rural”)