viernes, 25 de diciembre de 2009

Navidad 2009

Hemos profanado y ocultado el Misterio más impresionante de la Historia convirtiendo su recuerdo en un inmenso escaparate. 

Todo es sobreestimulación visual, sonora, gustativa… y así es fácil confundir lo saturado con lo pleno. 

Anuncios, canciones, comidas, colonias, juguetes, regalos, bebidas… todo ello cuidadosamente embalado y envuelto con el ruido seductor de la publicidad. 

Sólo el Silencio puede aproximarnos a la revelación que esconde ese Misterio. 

Un Silencio que se expresa en los textos sencillos de la simplicidad voluntaria, de la fiesta austera y sincera, de la solidaridad con quienes siguen sin encontrar alojamiento en la posada que es nuestro mundo de hoy. 

Por eso, en estos días, nos debemos entregar a esa experiencia de silencio . . . 

Silencio que me permita oir cómo se anuncia el suceso en las estrellas. . . . 

Feliz Navidad Obrera.