En defensa de la vida y el trabajo digno
Ciudad Real, 28 de abril de 2022
La
pérdida de la salud en el trabajo, y en excesivas ocasiones de la vida, es un
grave problema que necesita ser abordado en profundidad.
Como cada 28 de abril, Día Mundial por la Seguridad y la Salud en el Trabajo,
la sociedad recuerda la pérdida de salud y vidas que se dan en el mundo del
trabajo. Como Iglesia nos sumamos a este
recuerdo y nos sentimos solidarios de todos aquellos que se empeñan en mejorar
las condiciones de vida y de trabajo para erradicar esta lacra. Al mismo
tiempo, nos queremos hacer cercanos a las personas trabajadoras que ven mermada
su salud o que pierden su vida en el desempeño de su trabajo.
La Doctrina Social de la Iglesia lo ha
manifestado con rotundidad: ¨El trabajo
es para la vida, no la vida para el trabajo¨ (JP II, LE, 5).
Los datos sobre la siniestralidad en el
trabajo son muy duros y nos golpean continuamente a toda la sociedad y,
especialmente, a las víctimas. En España, en el 2021, se produjeron:
-
4.572
accidentes graves.
-
572.448 accidentes con baja laboral.
Pero la situación es mucho más trágica si
tenemos en cuenta las enfermedades. En
la UE, según la OMS y la OIT, se producen cada año 200.000 muertes por enfermedades relacionadas con el trabajo
(la mitad de cáncer).
En nuestra provincia, en el 2021 murieron ocho personas en accidente de trabajo. En este 2022 son ya cinco las víctimas mortales.
Sin embargo, para la fe cristiana en Jesús de
Nazaret, el Dios de la vida, esta no puede ser una realidad natural y aceptable.
Como nos recuerda continuamente la Doctrina Social de la Iglesia, el trabajo es
parte de la obra creadora de Dios y su centro y prioridad debe ser siempre la
persona (JP II, LE, 25). El Papa Francisco, recientemente, nos ha dicho:
«Las
personas son la verdadera riqueza: sin ellas no hay comunidad de trabajo, ni
empresa, ni economía. La seguridad en el
trabajo significa salvaguardar los recursos humanos, que tienen un valor
inestimable a los ojos de Dios y también a los del verdadero empresario. Por
ello, la legalidad debe entenderse como la protección del máximo patrimonio,
que son las personas. Trabajar con
seguridad permite a todos expresar lo mejor de sí mismos mientras se ganan el
pan de cada día. Cuanto más cuidemos la dignidad del trabajo, más seguros
estaremos de que la calidad y la belleza del trabajo realizado aumenten». (Discurso del
Papa Francisco a los miembros de la Asociación Nacional de Constructores de
Edificios (ANCE), enero 2022).
“Los
profesionales de la salud viven también la experiencia de la enfermedad y de la
vulnerabilidad en su vida. Muchos son “sanadores heridos” que necesitan, como
todos, cercanía, respaldo, apoyo y ayuda para vivir sus experiencias de forma sana
y saludable. Conscientes del desgaste y del coste emocional que supone su
propio trabajo, invitamos a revisar y potenciar la atención y el cuidado a los
profesionales de la salud, especialmente a los que están enfermos o sufren el
desgaste como consecuencia de su quehacer profesional”. (Nota de los
obispos de la Comisión Episcopal de Pastoral de la Salud. Jornada Mundial del
Enfermo, 2005)
Desde Pastoral
Obrera y Pastoral de la Salud de
la diócesis de Ciudad Real hacemos nuestra esta preocupación e invitamos a toda la
Iglesia y a la sociedad a que la compartan para poco a poco cambiar esta
realidad. Como el Papa Francisco clamó en su última misa del Gallo:
“¡NO MÁS MUERTES EN EL TRABAJO! Y ESFORCÉMONOS POR EVITARLO ¨.