lunes, 4 de marzo de 2019

In Memorian de D. Rafael Torija. Obispo emérito de Ciudad Real

La Hermandad Obrera de Acción Católica en Ciudad Real lamenta profundamente la pérdida de D. Rafael Torija de la Fuente, Obispo emérito de nuestra diócesis de Ciudad Real, y se conduele con su familia y con toda la familia de la Iglesia diocesana. Impulsor de los movimientos de Acción Católica y de la Pastoral Obrera, cercano y entrañable, guardaremos su legado en nuestro corazón y en nuestra memoria. Descanse en paz, junto al Padre.

Publicamos a continuación, a modo de homenaje, la entrevista que se publicó en la revista "Noticias Obreras" en febrero 2014.

1. ¿Cómo se encuentra en estos momentos, por su edad, estado físico y anímico? ¿Tiene alguna actividad pastoral?


  • Me encuentro muy a gusto con vosotros. Os agradezco vuestra atención. Y os ruego a vosotros, y a cuantos puedan leer esta “entrevista” que no interpretéis mis palabras como un cierto recuerdo nostálgico de tiempos y personas pasados. Me ha gustado siempre, y ahora también, mirar más bien hacia el futuro, confiando siempre en la luz y en la gracia de Dios. Pero, vamos, -respondiendo a vuestra primera pregunta-  me siento bien, aceptando, desde la esperanza y con alegría, las limitaciones de mi edad y de mis enfermedades. Mi actividad pastoral, por la que me preguntáis, consiste ahora sobre todo, y casi exclusivamente, en la oración. Vivo muy de cerca  el momento y los problemas presentes de la Iglesia, diocesana  y universal, y de la sociedad, y…sobre todo REZO. 


2. Llega al sacerdocio en pleno franquismo, ¿ puede hablarnos de su actividad como sacerdote en esos años? ¿Cuáles fueron sus  primeros pasos en su llegada al episcopado?

  • Los años de mi vida presbiteral los viví en mi querida diócesis de origen, Toledo. Primero con  el cardenal Pla y Deniel, y luego con el cardenal Tarancón. Trabajé en diversas parroquias, con grupos de Acción Católica y de apostolado seglar, en  pueblos pequeños, en barrios de ciudades…Mi trabajo pastoral se  desarrolló sobre todo con gente joven y en barrios obreros. Viví en el llamado Poblado obrero, de la Fábrica de Toledo; di clases en la escuela de formación profesional de la Fábrica; fui  consiliario diocesano de la Joc; en contacto muy frecuente con otros consiliarios y militantes de los diversos movimientos de apostolado seglar. Algunos recuerdos son imborrables: aquel pueblo, Castilléjar, de Granada, entonces de la diócesis de Toledo; aquel Congreso general de la Joc, que se celebró aquel año en Toledo…Como obispo me estrené en Santander, siendo auxiliar de don José María Cirarda; sólo dos años, pero muy intensos, eso sí.


3. Como testigo de la evolución de la Iglesia y la sociedad durante  varias etapas. ¿Qué cambios más significativos destacaría?

  • Hombre, ¿en la Iglesia? Pues, ya la etapa preconciliar: fue el mismo Papa Juan XXIII quien dijo que hacía falta que aires nuevos y renovadores entraran en la Iglesia; la celebración del Concilio Vaticano II: la Iglesia como comunión, la Iglesia en el mundo, la presencia y compromiso de los cristianos sobre todos seglares en la sociedad…; el postconcilio, con su abundancia de iniciativas…¿Y en la sociedad? Pues yo creo que lo más significativo ha sido la llamada “transición” hacia formas de convivencia democrática. En general, pienso que éstos han sido, y siguen siendo, tiempos para la Iglesia de apertura, de cercanía, de compromiso en su misión de evangelizar. Hombre, a mí por lo menos me está pareciendo cada día más claro y de mayor urgencia que la Iglesia, y más en particular  el ministerio pastoral, estemos cada día más próximos, más cercanos, más comprometidos con todos, pero en primer lugar con los más desfavorecidos.


4. Durante su etapa como sacerdote y como obispo ha estado muy vinculado a la A. C. y a los movimientos especializados. ¿Nos puede decir qué le han aportado personalmente y en su ministerio pastoral ?

  • Sí, Siempre lo he vivido, como presbítero y como obispo, muy de cerca. No sé si yo habré sabido aportar algo a las personas y a los movimientos con los que he trabajado, pero sí sé que ellos a mí me han ayudado mucho, muchísimo, a vivir con alegría mi ministerio pastoral. Aquellos “aprendices”, aquellos jóvenes –chicos y chicas – cómo me estimulaban, cómo me impulsaban…Creo que por ellos, y con ellos, he vivido siempre, sacerdote y obispo, con mayor intensidad y más auténtica alegría, la comunión eclesial: la Iglesia pueblo de Dios, familia con las  puertas y los brazos siempre abiertos a todos, más especialmente a los más necesitados. Cómo se  lo agradezco.


5. Usted conoció a Guillermo Rovirosa  y a Tomás Malagón. ¿Qué destacaría de su relación con ellos y del papel que desempeñaron en la Iglesia?

  • A los dos los conocí muy de  cerca, los traté, los admiraba. Con don Tomás incluso conviví unos años en la casa del consiliario. Uno y otro, cada cual en su papel: de seglar responsable y  entregado el uno, y de consiliario entregado y consecuente con sus  propias enseñanzas el otro, son modelo de apóstoles. Ambos, por sus vidas ejemplares, por sus obras, las que escribieron y las que realizaron, son ejemplo, son imprescindibles para entender y decidirse a comprometerse en movimientos obreros cristianos.  A mí me ayudaron mucho. Los venero a los dos.


6. Vivió en primera persona las crisis de la A.C y como obispo contribuyó a su reconstrucción.
¿Qué vivencias destacaría de ese proceso?

  • Sí, la viví muy de cerca. Creo que aquellos momentos difíciles estimularon en todos, dirigentes, militantes, consiliarios, posturas de apertura del espíritu a las nuevas exigencias del momento histórico, de mayor fidelidad en medio de las dificultades a  Jesucristo y su Evangelio, y a la Iglesia, de sincera búsqueda  por parte de todos de lo que en esos momentos el Espíritu nos pedía a todos y cada uno. Me parece que se vivía con mucha normalidad, también con exigencias, la promesa que nos tiene hecha Jesús: “Yo estoy siempre con vosotros”.


7. Tras la llegada del Papa Francisco, asistimos en la Iglesia a un periodo de impulso y renovación.
¿Qué gestos destacaría del nuevo Papa?
¿En qué aspectos cree que está sintonizando con los problemas de los hombres y mujeres de hoy?
¿Qué expectativas, a su juicio, se abren a la Iglesia?

  • Los “gestos”, tantos, en el todavía  breve pontificado del Papa Francisco expresan clara y vigorosamente los rasgos fundamentales de su vida y de su ministerio. Son evidentes: a) su claro, límpido, sentido evangélico: hay que pensar y obrar en todas las cosas como Cristo, ser su reflejo, su imagen; b) su sencillez al hablar, al actuar, al acercarse tanto a la gente sobre todo a los más débiles y necesitados; c) su sinceridad, se percibe fácilmente que dice y hace lo que cree, lo que vive; d) su ejemplo para todos, de cristiano y de pastor. Creo, y lo expreso con mucha alegría, que las expectativas para la vida y la acción pastoral de la Iglesia con este Papa son muy esperanzadoras. El Espíritu le ayudará en llevarlas a cabo; Dios quiera que nosotros también le ayudemos.


8.  ¿Qué nos pediría al Apostolado Seglar, a la Acción Católica y a los movimientos obreros sobre nuestra presencia en la Iglesia y en el mundo?

  • Pues sencillamente, que seáis, con la ayuda de Dios y estimulados por  el ejemplo de cuantos os han precedido, seglares y sacerdotes, fieles a la vocación que habéis recibido: ser cristianos, es decir, de Cristo: le pertenecéis, le conocéis, le amáis, le seguís, os sabéis enviados a ser apóstoles suyos, sus testigos, no solo con la palabra, sino también con vuestro “compromiso” en medio de la sociedad, es decir, consecuentes con las exigencias de vuestra fe, presentes y activos en la vida de cada día, entregados al servicio generoso, desinteresado, a los hermanos, llenos de valentía, es decir de confianza en Jesucristo. Al fin y al cabo es Él quien os envía. Es a Él a quien seguís, amáis y servís en las personas de los otros, sobre todo los más pobres.


¡Muchas gracias!

         Ciudad Real, 21 nov. 2013     

sábado, 2 de marzo de 2019

8 de Marzo: Día de la Mujer Trabajadora

fondo-pared-ladrillo-blanco_1203-2759COMUNICADO ANTE EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA:
CONSTRUYENDO IGUALDAD

¡Una lucha de todas las personas!

La JOC (Juventud Obrera Cristiana), la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) y Mujeres y Teología de Ciudad Real, queremos celebrar el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, como símbolo de la lucha pacífica en la que históricamente tantas mujeres trabajadoras se han organizado y siguen haciéndolo por el reconocimiento de su dignidad. Lucha que hoy sigue más viva que nunca para reivindicar el fin de la desigualdad, violencia e injusticia que aún muchas mujeres sufren:
¤      Precarización laboral, donde la tasa de desempleo femenino en la provincia de Ciudad Real es 24,02% frente a la masculina que es 11,12.  Desigualdad salarial, con una brecha del 14,2%  que supondría que las mujeres españolas trabajan gratis a partir del 10 de noviembre, si se compara su sueldo con el de los hombres. (EPA 4º Trimestre de 2018)
¤      Violencia contra la mujer. En los primeros 17 días del año han sido asesinadas 8 mujeres, a las que hay que sumar las 975 asesinadas desde 2003, año en que en España se comenzaron a registrar estos crímenes como “violencia de género”. No son sólo cifras, son vidas desprotegidas frente al auge de políticas que atentan contra la seguridad e integridad de las mujeres, criminalizando a las víctimas.
Por eso queremos decir alto y claro que:
  • Es urgente que apostemos por otra economía que tenga como centro a la persona, el bien común y el cuidado de la naturaleza, que abandone este modelo depredador que genera desigualdad, pobreza y muerte.., y que establezca una relación de equilibrio tanto con el planeta como con las personas, especialmente las más empobrecidas, y entre ellas una mayoría de mujeres violentadas y cosificadas a causa de la explotación indiscriminada de recursos naturales, conflictos bélicos y los  intereses del capital.
  • Exigimos un incremento de las políticas públicas destinadas a combatir los estereotipos de género, que animan a las mujeres a elegir los estudios que más se asocian a las tareas reproductivas y de cuidados, dejando para los hombres las carreras relacionadas con lo productivo, representación y la toma de decisiones.
  • Necesitamos desfeminizar los cuidados, porque el cuidado es responsabilidad de la humanidad, por lo que no es exclusividad de las mujeres. Para ello necesitamos un planteamiento nuevo de políticas sociales, de género y educativas, comenzar a desaprender cánones establecidos por este sistema capitalista y patriarcal y dar pie a formas nuevas de relacionarnos, asumir responsabilidades que son de todas las personas, así como nuevos roles necesarios que tiene que asumir la sociedad para posibilitar una igualdad real.
  • Necesitamos otra forma de organizar el empleo donde se ponga en el centro de toda actividad el valor de la persona y su dignidad posibilitándole desarrollarse en su integridad e igualdad de oportunidades.

Además, hacemos una llamada para avanzar hacia la igualdad real en el seno de nuestra Iglesia, donde se reconozca el papel y el protagonismo de las mujeres dentro de la comunidad eclesial y en la tarea de anunciar el Evangelio. Una Iglesia que en sus estructuras aplique los principios y valores del Evangelio y sea capaz de reconocer la dignidad y el valor de las mujeres en plano de igualdad con los hombres como lo hizo Jesús de Nazaret.

Por todo esto, desde la JOC, la HOAC y Mujeres y Teología de Ciudad Real junto al resto de compañeras y compañeros, nos sumamos a las movilizaciones de las organizaciones que buscan visibilizar la  discriminación que sufren las mujeres trabajadoras, tanto al intentar acceder al empleo como una vez que acceden a él, y queremos ser voz de tantas mujeres heridas por este sistema capitalista injusto, que deshumaniza y es tan contrario a los planes de Dios.

Deseamos que todas las mujeres y hombres nos unamos para proteger y defender a todos los seres humanos, especialmente a los más desfavorecidos, y que las movilizaciones que alienten a ello, crezcan y se multipliquen en las calles, los centros educativos, las instituciones, nuestras casas...