Desde el inicio de la crisis (2008-2013), según la Encuesta de Población
Activa (EPA) del segundo trimestre, el desempleo alcanzó a cerca de seis
millones de personas. A ello hay que añadirle la precarización del empleo que
ha contribuido a aumentar la pobreza en los propios trabajadores asalariados
(12,3%). Situación que conlleva la pérdida de ingresos de muchas familias, que
ha supuesto un incremento del número de desahucios. Más de 600.000 hogares (el
3,5% de los existentes) han perdido su vivienda, bien en régimen de compra
(hipoteca) o en alquiler.
Las políticas adoptadas han generado graves problemas para un amplio
sector de la población trabajadora y pensionista, muy especialmente para quienes se encentra
en paro, sobre todo si no reciben ninguna prestación de desempleo (2,8 millones
de personas) y/o todos los miembros de su grupo de convivencia se encuentran
sin trabajo (casi dos millones de hogares). En 2012 el 45% de los hogares no
puede permitirse una semana de vacaciones al año, el 40% no puede afrontar
gastos improvistos y el 7,4% ha tenido retrasos en el pago de su vivienda
habitual.
Los extranjeros son el colectivo trabajador más afectado por la crisis económica y el paro, pues además de
sufrir más el desempleo que los trabajadores nacionales, tienen más problemas
para encontrar un puesto de trabajo, debido a su vinculación con los sectores
más dañados por la recesión. De hecho, los trabajadores extranjeros presentan
una tasa de desempleo 10 puntos superior a la de los españoles. A ello hay que
añadirle la existencia de los CIES (Centros de Internamientos de Extranjeros en
España) la opacidad de los datos. Y la reciente Ley de Sanidad discriminatoria
que excluye a las personas “sin papeles”.
Las desigualdades salariales por sexo y edad siguen siendo elevadas y han
aumentado en la última década. En 2000 las retribuciones media de las mujeres
era un 22,7% inferior al salario medio y la desventaja pasó al 31,5% en 2011;
por su parte, el de los jóvenes se incrementó del 54,1% al 60,6%. Por otra
parte, en España trabaja más gente a tiempo parcial, (porque no hay otra cosa)
la cifra alcanza (EPA), el 16,4% de todos los ocupados. Estos puestos los
ocupan mayoritariamente mujeres.
Los niños y niñas son los más vulnerables a sufrir las consecuencias de la
crisis económica, convirtiéndose en el grupo de edad más afectado por la tasa
de pobreza, el 20% en nuestro país. España ha
retrocedido en la clasificación de bienestar infantil en la primera década
del siglo XXI cinco puntos hasta situarse en el puesto 19 de los 29 países con
economías más avanzadas en el mundo.
A partir del giro de 2010,
concretado en los presupuestos de 2011, 2012 y 2013, la política de recortes ha deteriorado los recursos destinados a
sanidad, educación y desempleo, mientras reduce el ritmo de ampliación de la
partida destinada a pensiones. En definitiva, la crisis económica está siendo
utilizada como excusa para profundizar en el modelo de capitalismo neoliberal.
En medio de todo ello, la brecha de desigualdad de riqueza entre el cuarto de
hogares más rico y el más pobre pasó de 39 a 50 veces. Los ricos son más ricos
y los pobres más pobres. Aquí se invierte la tradición de la leyenda de Robin
Hood, donde el Sheriff-Estado expolia a
los pobres para transferir riqueza a los ricos. Paradojas del siglo XXI.
(Extraído de la revista “Militante mundo rural”)
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