jueves, 29 de abril de 2021

1º de Mayo - Iglesia por el Trabajo Decente

 


Primero de Mayo de 2021 #AhoramásquenuncaTrabajoDecente
Manifiesto de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente.

Las entidades de inspiración católica que promueven la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) celebran, por cuarto año consecutivo, el Día Internacional del trabajo y la solemnidad de san José obrero, patrono de los trabajadores y las trabajadoras1, en un año extraordinariamente marcado por el grave impacto de la pandemia en el conjunto de la sociedad y en el mundo del trabajo, cuyos efectos han sido especialmente acentuados en las personas más vulnerables.

Esta crisis ha puesto de relieve la necesidad de un cambio de sistema productivo, basado en trabajos que aporten valor, sujetos de unas condiciones laborales dignas, y donde las personas estén en el centro.

Sabemos que Jesucristo aprendió de san José “el valor, la dignidad y la alegría de lo que significa comer el pan que es fruto del propio trabajo”; y que aquella familia de Nazaret tuvo que afrontar, en su migración por Egipto, “la necesidad de comer, de encontrar una casa, un trabajo”.2

ITD quiere subrayar, en este tiempo, la importancia del trabajo como actividad humana que acrecienta la dignidad de cada persona y de sus familias. Con el trabajo cuidamos al conjunto de la sociedad y al planeta. Además, con el trabajo participamos en nuestra propia humanización, en la sostenibilidad de la Creación y en el “advenimiento del Reino”. (Ibidem)

El impacto de la pandemia ha acelerado los procesos que debilitan el derecho al trabajo, y empobrecen, precarizan y descartan a millones de trabajadoras y trabajadores, principalmente mujeres y jóvenes.  Ello provoca que el acceso a un puesto laboral digno, tras muchos años dedicados al estudio y a la especialización en un ámbito profesional, sea hoy casi un lujo que pocas y pocos jóvenes se pueden permitir. Que el trabajo esté en riesgo supone que el pacto social entre en crisis y, con ello, la propia democracia.

Se han destruido miles de empleos y muchos de los ERTE se han resuelto, finalmente, en despidos. Los empleos considerados esenciales –muchas veces ejercidos en condiciones precarias, tanto a nivel laboral como de protección sanitaria—, no se han visto reconocidos en una mejora de sus condiciones. Y las medidas de protección social diseñada para paliar los efectos de la crisis no ha llegado a las personas que más lo necesitan, como tampoco ha sucedido con el subsidio temporal previsto para las trabajadoras del hogar o el ingreso mínimo vital. Además, la pobreza se dispara entre la población migrante en situación administrativa irregular, donde el desempleo y la economía informal son mayoritarios, sin posibilidad de acceso al sistema de protección.

En ese sentido, creemos oportuno destacar que es fundamental una política que promueva la fraternidad y permita la amistad social al servicio del bien común. De ahí que en este Primero de Mayo “el gran tema es el trabajo”, una dimensión esencial para promover “el bien del pueblo”3 y el acceso a una vida digna en una sociedad más decente. Instamos, ahora más que nunca, a adoptar las medidas necesarias para conseguir que el trabajo decente sea una realidad accesible para todas las personas, con condiciones que permitan mantener una vida digna y una protección social que llegue a todas las personas que lo necesitan.

Por eso, en este Primero de Mayo, ITD reclama:

·        Redefinir la idea del trabajo como actividad humana y configurar nuevas políticas –los cuidados, la reducción de la jornada laboral, etc.— que aseguren a cada persona trabajadora “alguna manera de aportar sus capacidades y su esfuerzo” a la construcción del bien común.

·        Potenciar el trabajo con derechos, seguro, “libre, creativo, participativo y solidario” (EG 192) en cualquier relación laboral y para todas las personas, sin distinción de edad, sexo o procedencia.

·        Garantizar el acceso a medidas de protección social para aquellas personas que no puedan trabajar o que sus condiciones laborales no les permitan llegar “a fin de mes”.

·        Lograr el reconocimiento social y laboral de los empleos esenciales para la vida, con unas condiciones laborales dignas.

·        Promover un diálogo con toda la comunidad política, sociedad e instituciones para configurar un nuevo contrato social basado en la centralidad de la persona, el trabajo decente y el cuidado del planeta.

·        Impulsar la incorporación de la juventud al mercado laboral en una sociedad golpeada por una crisis sanitaria social y económica creando oportunidades reales de acceso al trabajo digno.

Convocamos a todas las comunidades cristianas a unirnos, asegurando las medidas sanitarias, en la celebración, la lucha y la oración de este 1º de Mayo. Os invitamos a participar en cuantas acciones puedan hacer visible estas reclamaciones. Y con el papa Francisco, imploremos a san José obrero para que encontremos caminos que nos lleven a decir: Ahora más nunca: ¡Ningún joven, ninguna persona, ninguna familia sin trabajo decente!

Notas
1 Cfr. Pio XII 1955
2 Cfr. Patris Corde
3Fratelli tutti 162

miércoles, 28 de abril de 2021

28 de Abril: Día de la Seguridad y Salud en el trabajo

 La epidemia silenciosa de la falta de seguridad y salud en el trabajo

Comunicado de la HOAC de Ciudad Real en el Día mundial por la seguridad y la salud en el trabajo, 28 de abril de 2021

«No existe peor pobreza que aquella que priva del trabajo y de la dignidad del trabajo» Papa Francisco

El comienzo del esperado 2021 ha sido especialmente nefasto en la provincia de Ciudad Real: dos trabajadores fallecidos en el trabajo en tan solo cinco días en febrero llaman la atención sobre las pérdidas de estos cuatro meses y a las que tristemente están por venir.

En 2020, 708 muertes en el trabajo en España (casi 2 diarias), a pesar de que la actividad laboral cayó por la pandemia y también los accidentes laborales. Según los datos de la Comisión Regional de Seguridad y Salud Laboral, el año 2020 terminó con 23.294 accidentes laborales en Castilla-La Mancha, un 14,1 % menos que en 2019, lo cual se ha achacado a la crisis sanitaria y económica por la covid-19 y la menor actividad productiva en las empresas de la región.

A pesar de este descenso generalizado, es muy preocupante el incremento de las muertes en accidente laboral, 52 en total en Castilla-La Mancha, de las 35 se produjeron en el centro de trabajo, ocho en desplazamientos durante la jornada laboral, seis en otros centros de trabajo y tres 'in itinere'.

Esta realidad es trágica, pues son vidas humanas que se truncan, pero es sólo la punta del iceberg de la falta de seguridad y salud en el trabajo. A los accidentes laborales y a las enfermedades profesionales hay que añadirle las enfermedades relacionadas con el empleo o su ausencia.

Ese drama, que es ya de por sí pandémico en nuestro mercado de trabajo, se ha visto agravado con la Covid-19. ¿Cuántas personas trabajadoras se han contagiado por no tener la protección necesaria? ¿Cuántas de ellas han muerto o han quedado con secuelas? ¿Cuántos hombres y mujeres del trabajo tienen problemas psicosociales por la crisis sanitaria y social que se ha provocado? ERTE, ERE, desempleo, precarización de los puestos de trabajo…

Desde nuestra mirada de fe, las causas de tanto dolor e injusticia tienen que ver con el afán de beneficio por encima del interés y la seguridad de las personas; con la ausencia de unas políticas económicas y laborales que prioricen el trabajo y a la persona que lo realiza; con la falta de una cultura de la prevención; con la ausencia de medidas eficaces que obliguen a las personas y empresas a que el trabajo sea seguro… Y, como esta crisis sanitaria y social ha puesto de manifiesto, con el debilitamiento de lo público frente a una estrategia de externalización de servicios que nos ha mermado capacidad para afrontar esta emergencia social.

En una fecha  tan significativa como el 28 de abril, Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Ciudad Real, Iglesia presente en el mundo obrero y del trabajo, hace suya la idea de salud laboral (también llamada salud ocupacional), que aportan la OIT y la OMS cuando la definen como “conjunto de actividades que buscan mantener el máximo estado de bienestar físico, mental y social de los trabajadores, promoviendo la adaptación del trabajo a la persona y de la persona a su trabajo”. Urgimos a nuestras instituciones y gestores a poner en valor este planteamiento, al desarrollo de la prevención y a cuidar todos los factores que puedan llegar a poner en peligro la vida, la salud o la seguridad de las personas en sus respectivos trabajos.

Nos sumamos y solidarizamos con sindicatos, asociaciones y otros colectivos que con sus prácticas y reivindicaciones están luchando por condiciones y ambientes de trabajo adecuados, donde se pueda desarrollar un trabajo digno y seguro.

¡¡¡El trabajo es para la vida, ni una muerte más!!!