Los movimientos especializados de Acción Católica para la evangelización del Mundo Obrero, JOC (Juventud Obrera Cristiana), MTC (Mujeres Trabajadoras Cristianas) y HOAC
(Hermandad Obrera de Acción Católica), en esta celebración del Día
Internacional del Mundo Obrero y del trabajo, nos sentimos cercanos a
los gozos y a las esperanzas de las mujeres y de los hombres del Mundo
Obrero y de sus familias, especialmente de los que sufren el paro o de
aquellos que soportan unas condiciones de trabajo que imposibilitan una
vida digna.
Valoramos
positivamente que en estos últimos años se haya avanzado en el diálogo
social entre Gobierno, empresarios y sindicatos, que se haya creado en
nuestro país un mayor número de puestos de trabajo, que haya crecido la
tasa de empleo femenino, los pasos que se han ido dando para la igualdad
real de hombres y mujeres, las medidas para la integración de mujeres
maltratadas y de las personas que sufren discapacidad.
No
obstante, nuestro país sigue contando con la tasa de temporalidad mas
elevada de Europa(31%) y una precariedad laboral que no se corresponde
con el crecimiento tan importante que ha tenido la economía en estos
últimos años. Esta situación sigue repercutiendo especialmente en las
personas jóvenes, que tienen serias dificultades para acceder al mercado
laboral, y que cuando lo hacen, es a base de interminables jornadas de
trabajo, bajos salarios y de trabajar en situaciones de temporalidad y
flexibilidad que dificultan los procesos de emancipación y la
construcción de proyectos de futuro. Situación que se vive con
normalidad, pero que, en realidad, es injusta y deshumanizadora,
generando jóvenes resignados y rotos.
Observamos
con preocupación el crecimiento del paro, el proceso de desaceleración
económica, la deslocalización de empresas en nuestro país y la
siniestralidad laboral, que a pesar de haber descendido en relación al
año 2006, sigue siendo una lacra social que hace que nos preguntemos:
¿puede una sociedad ser la 8ª potencia del mundo y permitir que más de
1.000 de sus ciudadanos encuentren la muerte en su lugar de trabajo
cada año?; ¿puede ser considerada una sociedad decente?
Queremos
manifestar a la opinión pública, que la organización del trabajo en el
siglo XXI y su modelo de flexibilidad considera que la vida humana se
compone de un solo tiempo, el productivo, y los demás tiempos (personal,
familiar, social) no existen o deben ser sacrificados en pro del tiempo
de trabajo.
Esta
mercantilización del trabajo provoca aspectos muy negativos como: la
persecución de la maternidad en el seno de las empresas, que atenta
contra el “principio del derecho a la vida”,
ya que hay mujeres que queriendo ser madres se sienten acosadas y son
despedidas por sus empresarios; la hipocresía existente con el fenómeno
de la inmigración, que es considerada en el mejor de los casos
solamente en función de la necesidad de mano de obra barata y de que nos
resuelven la papeleta de cuidar a nuestros niños pequeños y a nuestros
mayores, pero sin considerarlos iguales en derechos con los nacionales;
las dificultades de las familias para desarrollar las funciones que
tienen que desempeñar por la configuración del mercado de trabajo
actual: la necesidad de trabajar los dos miembros de la pareja fuera de
casa, la flexibilidad laboral, la movilidad geográfica, etc. Esta
deshumanización de la persona y de la vida de los trabajadores en
función de la productividad económica es totalmente inaceptable.“El
conjunto del proceso de la producción debe, pues, ajustarse a las
necesidades de la persona y a la manera de vida de cada uno, en
particular de su vida familiar” (Concilio Vaticano II, Gaudium et spes
67).
Como
cristianos, seguidores de Jesús de Nazaret, queremos proponer a la
sociedad que conforma el Mundo Obrero y del trabajo el mensaje del
evangelio, que para nosotros es un proyecto de transformación y
felicidad. Queremos potenciar una comunidad donde el ser humano sea lo
primero, donde avance la justicia hacia los empobrecidos, donde la
política esté al servicio de dar respuesta a los problemas que
padecemos. Queremos compartir esta nuestra misión evangelizadora y
renovar nuestro compromiso con aquellas personas y organizaciones que
trabajan fielmente por alcanzar una forma de organizar la sociedad,
donde todas las personas podamos ser protagonistas en la vida social
(AA.VV., sindicatos, partidos, asociaciones, comités de empresa, etc.).
Juventud Obrera Cristiana JOC
Mujeres Trabajadoras Cristianas MTC
Hermandad Obrera de Acción Católica HOAC
1º de mayo de 2008
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