“PARAR LA RUEDA BLOQUEANDO SUS RADIOS”
Estaba
pensando la circular de 2008, cuando me invade, como un río bíblico de
leche y miel, una auténtica inundación de mensajes de solidaridad y
cariño por ocasión de mis 80 años. No pudiendo responder a cada uno y a
cada una en particular, incluso porque el hermano Parkinson tiene sus
caprichos, les pido que reciban esta circular como un abrazo personal,
entrañable, de gratitud y de comunión renovadas.
Estoy leyendo una biografía de Dietrich Bonhoeffer, titulada, muy significativamente, Tendríamos que haber gritado.
Bonhoeffer, teólogo y pastor luterano, profeta y mártir, fue asesinado
por el nazismo, el 9 de abril de 1945, en el campo de concentración de
Flossenbürg. Él denunciaba la «Gracia barata» a la que reducimos muchas
veces nuestra fe cristiana. Advertía también que «quien no haya gritado
contra el nazismo no tiene derecho a cantar gregoriano». Y llegaba
finalmente, ya en vísperas de su martirio, a esta conclusión militante:
«Hay que parar la rueda bloqueando sus radios». No bastaba entonces con
socorrer puntualmente a las víctimas trituradas por el sistema nazi, que
para Bonhoeffer era la rueda; y no nos pueden bastar hoy el
asistencialismo y las reformas-parche frente a esa rueda que para
nosotros es el capitalismo neoliberal con sus radios del mercado total,
del lucro omnímodo, de la macro-dictadura económica y cultural, de los
terrorismos de estado, del armamentismo de nuevo creciente, del
fundamentalismo religioso, de la devastación ecocida de la tierra, del
agua, de la floresta y del aire.
No
podemos quedarnos estupefactos delante de la iniquidad estructurada,
aceptando como fatalidad la desigualdad injusta entre personas y
pueblos, la existencia de un Primer Mundo que lo tiene todo y un Tercer
Mundo que muere de inanición. Las estadísticas se multiplican y vamos
conociendo más números dramáticos, más situaciones infrahumanas. Jean
Ziegler, relator de Naciones Unidas para la Alimentación, afirma,
cargado de experiencia, que «el orden mundial es asesino, puesto que hoy
el hambre ya no es una fatalidad». Y afirma también que «destinar
millones de hectáreas para la producción de biocarburantes es un crimen
contra la humanidad»; el biocombustible no puede ser un festival de
lucros irresponsables. La ONU viene alertando que el calentamiento
global del planeta avanza más rápido de lo que se pensaba y, a menos que
se adopten medidas urgentes, provocará la desaparición del 30% de las
especies animales y vegetales, millones de personas se verán privadas de
agua y proliferarán las sequías, los incendios, las inundaciones. Uno
se pregunta angustiado quién va a adoptar esas “medidas urgentes”.
El
gran capital agrícola, con el agronegocio y el hidronegocio cada vez
más, avanza sobre el campo, concentrando tierra y renta, expulsando a
las familias campesinas y lanzándolas errantes, sin tierra, acampadas,
engrosando las periferias violentas de las ciudades. Dom Edwin Kräutler,
obispo de Xingú y presidente del CIMI, denuncia que el «desarrollo en
la Amazonia se tornó sinónimo de deforestar, quemar, arrasar, matar».
Según Roberto Smeraldi, de Amigos de la Tierra, las políticas
contradictorias del Banco Mundial por un lado «prometen salvar los
árboles» y por otro lado «ayudan a derribar la Amazonia».
Pero
la Utopía continúa. Como diría Bloch, somos «criaturas esperanzadas» (y
esperanzadoras). La esperanza sigue, como una sed y como un manantial.
«Contra toda esperanza esperamos». De esperanza habla, precisamente, la
reciente encíclica de Benedicto XVI. (Lástima que el Papa, en esta
encíclica, no cite ni una sola vez el Concilio Vaticano II que nos dio
la Constitución Pastoral Gaudium et Spes –Alegría y Esperanza-.
Dicho sea de paso, el Concilio Vaticano II continúa amado, acusado,
silenciado, preterido… ¿A quién le da miedo el Vaticano II?). Frente al
descrédito de la política, en casi todo el mundo, nuestra Agenda Latinoamericana 2008
apuesta por una nueva política; hasta «pedimos, soñando alto, que la
política sea un ejercicio de amor». Un amor muy realista, militante, que
subvierta estructuras e instituciones reaccionarias, construidas con el
hambre y la sangre de las mayorías pobres, al servicio del condominio
mundial de una minoría plutócrata.
Por
su parte las entidades y los proyectos alternativos reaccionan
intentando crear conciencia, provocar una santa rebeldía. El FSM 2009 se
va a celebrar, precisamente, en la Amazonia brasileña y tendrá la
Amazonia como uno de los temas centrales. Y el XII Encuentro
Intereclesial de las CEBs, en 2009, se celebrará también en la Amazonia,
en Porto Velho, Rondônia. Nuestra militancia política y nuestra
pastoral liberadora deben asumir cada vez más estos desafíos mayores,
que amenazan nuestro Planeta. «Escogemos, pues, la vida» como reza el
lema de la Campaña de la Fraternidad 2008. El apóstol Pablo, desde su
Carta a los Romanos, nos recuerda que «toda la Creación gime y está con
dolores de parto» (Rom 8,22). Los gritos de muerte se cruzan con los
gritos de vida, en ese parto universal.
Es tiempo de paradigmas. Hoy creo que se deben citar como paradigmas mayores y más urgentes, los derechos humanos básicos, la ecología, el diálogo intercultural e interreligioso y la convivencia
plural entre personas y pueblos. Estos cuatro paradigmas nos afectan a
todos, porque salen al encuentro de las convulsiones, objetivos y
programas que está viviendo la Humanidad maltratada, pero siempre
esperanzada aún.
Con
tropiezos y ambigüedades Nuestra América se mueve hacia la izquierda;
«nuevos vientos soplan en el Continente»; estamos pasando «de la
resistencia a la ofensiva». Los pueblos indígenas de Abya Yala han
saludado alborozados la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas, que afecta a más de 370 millones de personas en unos
70 países del Mundo. Y reivindicarán su puesta en práctica.
Nuestra
Iglesia de América Latina y del Caribe, en Aparecida, si no fue el
Pentecostés que queríamos soñar, fue una honda experiencia de encuentro
entre los obispos y el pueblo; y confirmó los trazos más característicos
de la Iglesia de la Liberación: el seguimiento de Jesús, la Biblia en
la vida, la opción por los pobres, el testimonio de los mártires, las
comunidades, la misión inculturada, el compromiso político.
Hermanas
y hermanos, ¿qué radios vamos a quebrar en nuestra vida diaria?, ¿cómo
ayudaremos a bloquear la rueda fatal?, ¿tendremos derecho a cantar
gregoriano?, ¿sabremos incorporar en nuestras vidas esos cuatro
paradigmas mayores traduciéndolos en práctica diaria?
Reciban
un abrazo entrañable en la esperanza subversiva y en la comunión
fraterna del Evangelio del Reino. Vamos siempre hacia la Vida.
Pedro Casaldáliga
Circular 2008
Circular 2008
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