Por la dignidad del trabajo
Los
movimientos especializados de Acción Católica para la evangelización
del Mundo Obrero: JOC (Juventud Obrera Cristiana), MTC (Mujeres
Trabajadoras Cristianas) y HOAC {Hermandad Obrera de Acción Católica},
en esta celebración del Día internacional del Trabajo, queremos estar
cercanos a las alegrías ya las angustias de los trabajadores y
trabajadoras y sus familias, especialmente de quienes sufren el paro o
soportan unas condiciones de trabajo que imposibilitan una vida digna.
En este año queremos seguir llamando la atención sobre la crisis económica del sistema financiero que estamos padeciendo.
Una crisis que también es moral,
ética. Un escenario altamente corrosivo para el digno desarrollo de la
vida de más de cuatro millones de personas en nuestro país que no tienen
trabajo. En el 4º trimestre de 2010, teníamos más de 1.300.000 hogares
con todos sus componentes en paro. Mientras tanto, entre enero de 2008 y
junio de 2010, los bancos dejaron sin vivienda a más de 200.000
familias. Las estadísticas nos hablan que las medidas establecidas en la
reforma laboral dictada por el gobierno, no han dado los resultados que
se plantearon, sino que han supuesto un paso más en la vulnerabilidad
que sufren las mujeres y los hombres del trabajo, especialmente los más
empobrecidos. También vemos con preocupación la reforma del sistema de
pensiones, que va en la línea de alargar la edad de jubilación, y no
favorece la creación de empleo para los más jóvenes, cuyo índice de paro
supera el 40 % ¿Cómo alcanzarán las actuales generaciones de jóvenes
los años de cotización? Cuando está a punto de cumplirse el 30°
aniversario de la publicación de la Encíclica Laborem Exercens y
celebramos la beatificación de Juan Pablo II, autor de dicha encíclica,
queremos proclamar la plena vigencia de su apuesta por la dignidad del
trabajador; de la obligada subordinación de la economía al desarrollo de
la persona; y del respeto innegociable por toda persona, imagen de
Dios, en cualquier escenario socio-económico que se pueda dar. Porque
«la Iglesia está vivamente comprometida en esta causa, porque la
considera como su misión, su servicio, como verificación de su fidelidad
a Cristo, para poder ser verdadera-mente la “Iglesia de los pobres”. Y
los “pobres” se encuentran bajo diversas formas; aparecen en di-versos
lugares y en diversos momentos; aparecen en muchos casos como resultado
de la violación de la dignidad del trabajo humano: bien sea porque se
limitan las posibilidades del trabajo —es decir por la plaga del
desempleo—, bien porque se de-precian el trabajo y los derechos que
fluyen del mismo, especialmente el derecho al justo salarlo, a la
seguridad de la persona del trabajador y de su familia» (Laborem
exercens, 10).
Celebremos el 1º de mayo de 2011 y hagámoslo denunciando a los culpables de la crisis y de la pérdida de trabajo; a
los que echan cargas pesa-das sobre los más pobres; a los que hacen que
muchas personas vivan con angustia, sin seguridad... Pero también anunciando
que hay esperanza si somos capaces de organizar y orientar el trabajo
productivo para que colabore en la humanización de las personas, ya que el trabajo, por su tenencia o su ausencia, sigue siendo la clave de la cuestión social.
Mujeres Trabajadoras Cristianas (MTC), Her-mandad Obrera de Acción Católica (HOAC). Juventud Obrera Cristiana (JOC)
No hay comentarios:
Publicar un comentario