COMUNICADO DE LA HOAC CURSO DE VERANO 2007
PROMOVER EL TRABAJO DIGNO ES LUCHAR CONTRA LA POBREZA EN EL MUNDO OBRERO
Para
reflexionar sobre la situación de pobreza y exclusión social nos hemos
reunido doscientos militantes y simpatizantes de la Hermandad Obrera de
Acción Católica (HOAC), en la Casa de Espiritualidad de los Padres
Paules, en Salamanca, los días 23 al 25 de Julio, acompañados por el
sociólogo D. Víctor Renes Ayala, Director del Departamento de Estudios
de Caritas, y D. José Javier Carmona Rodríguez, Master en Doctrina
Social de la Iglesia. Las reflexiones de estos expertos unidas a nuestra
experiencia de compromiso en los barrios obreros, en las fábricas, en
las organizaciones políticas, sindicales, sociales y ciudadanas, nos han
ayudado a poner de relieve las causas profundas de esta situación y nos
han dotado de nuevas motivaciones para seguir trabajando por la
justicia y dignidad a las que estas personas tienen derecho y de las que
se ven excluidas. Como fruto de nuestras reflexiones nos dirigimos a la
opinión pública manifestando que:
Denunciamos, El reparto injusto de la riqueza creada con el trabajo de todos
Nuestra
economía está creciendo a un ritmo importante, por encima del resto de
los países de la Unión Europea. Sin embargo, la tasa de pobreza se
mantiene inalterada en los últimos veinte años: entre el 20 y 25% de la
población se encuentra bajo el umbral de la pobreza, de ellos, un millón
y medio está en situación de pobreza severa. Esto quiere decir que la
riqueza creada no está llegando a las personas que más lo necesitan,
cuando se nos había prometido que la solución a la pobreza era crecer
económicamente.
Denunciamos, La situación de trabajadores cuyos salarios no les permiten salir de la situación de pobreza.
Denunciamos, La situación de trabajadores cuyos salarios no les permiten salir de la situación de pobreza.
El
crecimiento de la economía ha propiciado también un crecimiento
importante del empleo, que tampoco ha servido para reducir la tasa de
pobreza. Hay un volumen importante de trabajadores que siguen siendo
pobres a pesar de estar trabajando: En torno a dos millones de
trabajadores contratados se encuentran bajo el umbral de la pobreza. La
precariedad de muchos contratos genera indefensión y propician una
situación en la que no se pueden reclamar los derechos. La pérdida de
poder adquisitivo de los trabajadores contrasta con el crecimiento
desmesurado de los beneficios empresariales.
Denunciamos, La concentración de la pobreza en determinados grupos como los pensionistas, mujeres, jóvenes e inmigrantes.
Aunque
la situación de pobreza afecta al 20% de la población, hay determinados
grupos sociales que la padecen con mayor intensidad y duración:
Pensionistas, especialmente los que perciben pensiones no contributivas
y de viudedad; mujeres al frente de hogares monoparentales; jóvenes
provenientes del fracaso escolar e inmigrantes o minorías étnicas.
Exigimos, Que la lucha, contra la pobreza y la exclusión social se realice abordando las causas profundas que la generan
Si
el crecimiento económico, el crecimiento del empleo y las políticas de
inclusión social no han sido capaces de responder a este mal
endémico, es debido a que la pobreza y la exclusión social es un
problema estructural originado por cuatro procesos que la generan y
desarrollan. Estos procesos son: La precariedad continuada que desemboca
necesariamente en la pobreza. El desempleo prolongado que termina en la
exclusión. La desocupación prolongada que termina en la desmotivación. Y
la descualificación que termina en la exclusión. En el origen de una
parte importante de la situación de empobrecimiento que padecemos están
estos mecanismos estructurales ligados a la configuración actual del
mercado de trabajo.
Exigimos A los partidos políticos, sindicatos, ONGs y entidades ciudadanas que aborden con decisión esta lacra de nuestra sociedad.
Debemos
empezar reconociendo el fracaso en la lucha contra la pobreza y abordar
el problema desde un profundo cambio cultural, que lleve a diseñar
políticas al servicio de toda la persona y de sus familias garantizando
unos ingresos que les permita vivir con dignidad mientras se abordan las
causas estructurales que están en el origen de su situación.
Nos comprometemos A luchar para convertir la situación de los pobres y excluidos en un problema político
Como
Iglesia en el mundo obrero y del trabajo, nos exigimos y exigimos a
toda la Iglesia una mayor radicalidad evangélica en la denuncia y en la
lucha contra la pobreza. Y nos comprometemos a que nuestro trabajo en
partidos, sindicatos, asociaciones ciudadanas y de la Iglesia propicie
una manera de entender la pobreza como un problema estructural y
político y no solo como un problema social, y como tal problema político
exige decisiones políticas que corrijan los desequilibrios en la
distribución de la riqueza, garanticen los ingresos necesarios hasta
lograr su autonomía y no culpabilicen a los pobres de su situación.
Pedimos
a Nuestro Señor Jesucristo que nos dé la fuerza y la sabiduría
necesarias para anunciarle con nuestra palabra y testimoniarle con
nuestra vida como la respuesta que puede humanizar la economía y la
política poniéndolas al servicio de los pobres y excluidos.
Salamanca a 25 de julio de 2007
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