TRABAJO DIGNO PARA
UNA SOCIEDAD DECENTE
Un año más la HOAC y la Pastoral
Obrera de Ciudad Real celebramos esta jornada del 28 de abril, que está
declarada como Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo.
Año tras año contemplamos casi
impasibles los datos escalofriantes de siniestralidad en nuestro país y en el
mundo. En el mundo cada 15 segundos un trabajador muere a causa de accidentes o
enfermedad relacionada con el trabajo. El coste de esta lacra supera el 4% del
PIB global. En España, según el Ministerio de Trabajo, en 2015 murieron 608
trabajadores y trabajadoras en accidentes laborales, 28 más que en 2014. Esta
cifra habría que multiplicarla por 15 si tenemos en cuenta las muertes por
enfermedades relacionadas con el trabajo. En Castilla-La Mancha, se produjeron
28 muertes, convirtiéndose en la segunda región con mayor tasa de incidencia de
accidentes laborales. Desde el 2012, con la crisis y las sucesivas reformas
laborales, la siniestralidad está repuntando, malogrando los significativos
avances que se estaban consiguiendo tras la entrada en vigor hace 25 años de la
Ley de Prevención de Riesgos Laborales.
Mientras, se impone la precarización
en el empleo y se rebajan las condiciones de seguridad, que se justifican como
recetas imprescindibles para superar la crisis y ganar en competitividad. Al
mismo tiempo, las grandes fortunas y las multinacionales se enriquecen y eluden
sus obligaciones fiscales hasta niveles impensables y escandalosos.
Pero llama la atención el clamoroso
silencio social reinante ante esta trágica realidad: en las instituciones, en
los grandes medios de comunicación, en las fuerzas políticas mayoritarias,
entre buena parte de la ciudadanía, etc. No es normal que los trabajadores y
las trabajadoras expongan su vida y su salud en el trabajo. Tampoco es una
fatalidad inevitable. Esta realidad tiene causas bien concretas y evitables: el
modelo económico y productivo vigente, el incumplimiento de la normativa legal,
la debilidad de las inspecciones de trabajo, la escasa cultura de prevención,
el pretexto de la crisis, la falta de conciencia de los propios trabajadores y
el miedo a perder el empleo… Hemos normalizado esta tragedia y necesitamos
reaccionar. La indiferencia social ante esta terrible situación es parte del
problema.
El Papa Francisco dice: “Esa economía mata”. “Hay que formar en un
nuevo humanismo del trabajo, en el que la economía sirva al hombre, y no se
sirva del hombre”. “Vivimos en un tiempo en el que la explotación de los
trabajadores y el trabajo no está al servicio de la dignidad de la persona”.
Todas estas son razones para que, la
HOAC junto con otros grupos de Iglesia y otras organizaciones obreras y
sociales que trabajan por la justicia y la dignidad de la persona, volvamos a
aclamar con rotundidad que: No hay sociedad decente sin trabajo digno. Trabajo
digno para una sociedad decente.
¡Ni un muerto más por el trabajo! El trabajo es para la vida.
Ciudad Real, 28 de
abril de 2016, día de la salud y seguridad en el trabajo.
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