El 28 de abril celebramos la Jornada
Mundial de la salud y Seguridad en el Trabajo. La Organización Mundial del
Trabajo, el movimiento sindical internacional y otras muchas organizaciones
sociales y eclesiales nos llaman a centrar la atención en una situación
extremadamente grave: las condiciones de trabajo que atentan contra la
seguridad y salud de trabajadores y trabajadoras.
El derecho a ambientes y condiciones
de trabajo que no pongan en peligro la seguridad es un derecho fundamental de
la persona. Sin embargo, este se viola sistemáticamente en el mundo con un
resultado catastrófico: 6.300 trabajadores y trabajadoras mueren, ¡cada día!,
por accidente o enfermedad laboral. Además, es una situación perfectamente
evitable porque su raíz y causa fundamental está en el sometimiento de la vida
de las personas a la rentabilidad económica. Tenemos los conocimientos y medios
para evitar la inmensa mayoría de esas muertes que son crímenes contra la
humanidad. La lucha por condiciones seguras de trabajo es esencial para
defender la vida.
En España, la presunta remontada de
la profunda crisis económica que padecemos se quiere realizar a costa de
extender la precariedad y deteriorar las condiciones de salud y seguridad en el
trabajo. Este año, según el Ministerio del ramo, hemos sufrido más accidentes
laborales que en el año anterior. La tendencia a la baja que traíamos durante
la crisis se ha roto. Las estadísticas publicadas en el año 2014 marcan 25.000
accidentes más que en el 2013 y lloramos 565 muertes, siete más que el año
anterior.
En Castilla La Mancha, en el 2014, se
han producido 22 muertes, seis de las cuales fueron in itinere. De estas
muertes, diez corresponden a Ciudad Real.
Desde la HOAC y la Pastoral Obrera de
Ciudad Real hacemos una llamada a todas las personas e instancias de nuestra sociedad y de nuestra
Iglesia para que miremos de frente esta realidad y no nos acostumbremos a las
trágicas cifras que año tras año nos asaltan;
ni nos acostumbremos a que el trabajo sea una herramienta que dañe y
destruya impunemente la vida humana y la creación.
Como dice el Papa Francisco: “La dignidad humana de los trabajadores debe
prevalecer sobre la burocracia sin alma y los intereses utilitaristas del
provecho salvaje”.
Por todo ello tenemos que clamar una
vez más que: “EL TRABAJO, POR ENCIMA DE
TODO, ES PARA LA VIDA”.
Ciudad Real, 28 de
abril de 2015, Día de la salud y seguridad en el trabajo.
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