Del 14 al 23 de julio, hemos celebrado en Ávila, en la Universidad de
la Mística (Cites), los Cursos de Verano de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción
Católica). Son un espacio de oración, diálogo, profundización y convivencia
para sacerdotes y seglares. Alrededor de trescientas personas hemos compartido
estos cursos cuya temática ha sido” Oración y compromiso por el trabajo digno,
para una sociedad decente, fraterna y sostenible”.
°En un primer
momento y a través de distintas ponencias y reflexiones, hemos compartido la “Necesidad de una teología del trabajo en
tiempos de crisis y retos que se nos presentan”, así como pistas para “Orar desde la espiritualidad del
trabajo”. Hemos mirado la realidad desde
el Evangelio y la importancia de la Teología del trabajo para recuperar la
dignidad de las personas, como elemento clave para construir una sociedad
decente y los retos que se nos presentan ante la situación que estamos
viviendo.
°En el espacio
de oración, hemos compartido las
experiencias de precariedad laboral de
militantes , desde la perspectiva “Orar desde la vida de seglares comprometidos
en el mundo obrero y del trabajo” y hemos reflexionado sobre “La visión del trabajo en Guillermo Rovirosa”.
° En otro
momento de los cursos , hemos compartido y dialogado sobre la “Situación actual del mundo del trabajo y
sus consecuencias para la vida de las personas”, así como la “Aportación de la Iglesia sobre el trabajo
humano como principio de vida”, interpelándonos desde el Evangelio y la Doctrina Social de la
Iglesia, sobre la necesidad de beber de la pedagogía de Dios y de la teología,
para darnos cuenta de lo que está pasando con la vida de las personas
trabajadoras desde la mirada de Dios.
°Asimismo
dialogamos sobre los “Retos que la situación mundial del mundo obrero y del
trabajo nos presenta a la Iglesia”.
Junto con nuestra actividad de oración y formativa hemos tenido
también ocasión de escuchar y acoger la experiencia de las jóvenes de la
Oficina Precaria de Madrid que han compartido su trabajo de reivindicación y
lucha con jóvenes parados y su apuesta por la acción y por la esperanza ante la
dificultad de la situación laboral de tantos jóvenes hoy.
°También, en el
marco de estos días hemos tenido la oportunidad de compartir la eucaristía con
la iglesia de Ávila y con su obispo en la Catedral del Salvador y hemos manifestado
públicamente en la calle que nuestra sociedad sólo podrá ser decente en la
medida que sea capaz de procurar trabajo digno para todos los hombres y mujeres
que la formamos.
°En los espacios
de oración, reflexión y diálogo de los cursos, las personas allí presentes
hemos podido compartir algunas de las ricas experiencia de vida de quienes, en
la situación de desigualdad y empobrecimiento actual, están siendo esperanza y
apuestan por la construcción de una sociedad más fraterna.
Hemos visto que millones de hombres y mujeres están desempleados,
privados de su derecho al trabajo. Vemos que quienes trabajan con empleo
precario e inestable, con largas jornadas laborales y salarios bajos, no
consiguen salir de la pobreza; no pueden vivir con dignidad y cubrir las
necesidades básicas. Lo vemos porque además somos parte de esa realidad. Lo que
nos está pasando lo describía emocionado el Papa Francisco: “No llevar el pan a
casa nos roba la dignidad” (Molise, 6/7/2014 Encuentro con trabajadores y
pequeños empresarios)
Ante esta situación reclamamos trabajo digno para una sociedad
decente, fraterna y sostenible y creemos necesario:
• Repensar el sentido de nuestra humanidad.
• Repensar la economía y la política desde el carácter humanizador del
trabajo.
• Recuperar el sentido y el valor profundo del trabajo más allá del
empleo.
• Garantizar una renta básica para las familias, mientras no se pueda
asegurar empleo digno para todos.
• Luchar por unas condiciones dignas de empleo, por un trabajo
decente.
• La necesidad de reformar los fines sociales de la empresa y de
impulsar y extender formas no mercantilistas de empresa.
• Entender y defender que el trabajo lo hacen personas, con necesidad
de descanso, de familia y de vida social
• Luchar por la defensa y extensión de los derechos sociales,
desvincular derechos sociales y empleo.
• Fortalecer y renovar el movimiento sindical, propiciando una nueva
cultura sindical.
Para nosotros y nosotras, militantes de la HOAC, Jesucristo es la
verdadera propuesta de liberación para los hombres y mujeres del mundo obrero y
del trabajo en todo el planeta. Es tiempo de hacer visible al Dios de
Jesucristo, de hacer vida su misericordia, su opción en favor de los más
pobres, su pasión por todas las personas, su denuncia de la injusticia que
niega la dignidad y su apuesta decidida por transformar todo lo que sea
necesario para ir construyendo un mundo de hermanos.
Por eso apostamos por poner en marcha, junto con todos los hombres y
mujeres de buena voluntad y junto a otros grupos y organizaciones, otras formas
de vivir, trabajar y organizar nuestra vida social… que sean signo vivo y real
del Reino de Dios y de su justicia. A ello nos comprometemos.
Ávila, 23 de julio 2014.
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